Diversas embarcaciones de la Guardia Civil han recuperado en aguas de Baleares al menos cinco cadáveres, presumiblemente de inmigrantes que viajaban en pateras, en un operativo llevado a cabo en el último mes. Los cuerpos, hallados atados de pies y manos, han generado una investigación para esclarecer si se trata de asesinatos. Sin embargo, las pesquisas se complican por la falta de denuncias de los propios inmigrantes, conscientes de su situación irregular.
El descubrimiento de estos cuerpos se ha registrado a lo largo del último mes, aunque la Benemérita ha mantenido un absoluto silencio sobre los avances de la investigación. Uno de los hallazgos tuvo lugar el pasado 18 de mayo, cerca de las cinco de la tarde, tras la alerta de una embarcación belga que avistó un cuerpo flotando al oeste de Formentera.
Tras recibir el aviso, la patrullera Río Segura de la Guardia Civil, con base en Canarias pero desplazada a Baleares para tareas de patrullaje, se dirigió al lugar indicado. Dos horas después, los agentes localizaron el cadáver en el mar, comprobando que estaba atado de pies y manos y llevaba un chaleco salvavidas naranja.
Posteriormente, la patrullera trasladó el cuerpo hasta las proximidades del Cap de Barbaria, al sur de Formentera. Desde allí, una lancha lo llevó a tierra, donde agentes de la Guardia Civil y un médico forense lo examinaron para intentar determinar las circunstancias de la muerte, un proceso que se repitió en otros casos.
Este hallazgo, aunque impactante, no fue un caso aislado. Días después, otro cuerpo en similares condiciones fue encontrado en aguas de Formentera. En total, al menos cinco cadáveres han sido recuperados en distintos puntos de Baleares, todos presumiblemente de inmigrantes que viajaban en patera.
En cada caso, se ha activado el protocolo para muertes violentas. Los cuerpos son analizados por la Guardia Civil y médicos forenses, quienes recogen huellas necrodactilares o muestras de ADN si el estado del cadáver lo permite. Además, se inicia una investigación para identificar a las víctimas y las causas de su fallecimiento.
Los investigadores sospechan que estos inmigrantes, hallados atados, pudieron ser víctimas de enfrentamientos durante la travesía. En ese caso, habrían sido maniatados y arrojados al mar, lo que constituiría un claro delito de asesinato. Esta hipótesis guía las pesquisas, aunque con grandes dificultades.
La complejidad de las investigaciones radica en la falta de colaboración de los inmigrantes, víctimas de redes de tráfico de personas. Conscientes de su entrada irregular en España, evitan denunciar los abusos sufridos durante las travesías desde Argelia, lo que dificulta el esclarecimiento de los hechos.
Un caso significativo ocurrió a principios de diciembre pasado, cuando una joven de 17 años, llegada en patera a Formentera, denunció haber sido violada por el patrón de la embarcación. Según su testimonio, el resto de los ocupantes no intervino. La Policía Nacional detuvo a los dieciséis hombres que viajaban con ella.