El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, ha reclamado este lunes una compensación económica al Estado por los fondos propios que la comunidad ha destinado a la atención de casi 1.000 menores inmigrantes no acompañados solicitantes de asilo, cuya protección, según afirma, es responsabilidad del Ejecutivo central.

Esta declaración surge en la antesala de una reunión crucial con el Gobierno de España, programada para abordar los autos del Tribunal Supremo que obligan al Estado a asumir la tutela de estos menores. Clavijo expresó su inquietud con las palabras: «Nos preocupa que tengan que ser dos autos del Supremo los que hagan que el Estado cumpla con sus obligaciones».

Clavijo insistió en que Canarias ha defendido desde el inicio que estos menores son competencia estatal y que su integración en el Sistema de Protección Internacional es urgente. Actualmente, la región atiende a 5.641 menores no acompañados, una situación que el presidente calificó de insostenible para la comunidad.

El líder canario aseguró que la región seguirá colaborando en la protección de los menores, priorizando su interés superior, pero recalcó la responsabilidad del Estado. «Canarias va a seguir colaborando, como hasta ahora, pero tiene que ser responsabilidad del Estado», afirmó, abogando por una distribución justa de recursos.

Sobre el posible acuerdo con el Gobierno central, Clavijo señaló que, tras el alta de los menores en el sistema estatal, se negociará una compensación por los costes asumidos por Canarias sin apoyo externo. Este punto será clave en las conversaciones que se desarrollarán en los próximos días.

Además, durante la reunión de mañana martes, se definirá la figura administrativa para formalizar el pacto entre ambas administraciones. Hasta su integración total en el Sistema de Protección Internacional, Canarias garantizará la atención de los menores y el respeto a sus derechos fundamentales.

En un contexto de creciente llegada de inmigrantes a las costas canarias, Clavijo cerró su intervención con un llamamiento a la acción: «No podemos mirar hacia otro lado. La infancia inmigrante no puede seguir esperando», instando a una respuesta urgente y corresponsable ante esta crisis.