Un argelino nacido en 1993 compareció el pasado miércoles 11 de junio ante la justicia francesa por un grave incidente ocurrido en Reims, una ciudad de la histórica región Champaña-Ardenas en el noreste de Francia. El acusado, en situación irregular, fue condenado a dos años de prisión y a una prohibición de entrada al territorio francés por diez años tras arrollar a un policía el pasado jueves 5 de junio.
Los hechos se desencadenaron la semana anterior, hacia las 17:30 horas, cuando el hombre se negó a someterse a un control policial. Inició entonces una persecución que el ministerio público calificó como «muy peligrosa», obligando a los transeúntes a ponerse a salvo de forma precipitada en las calles de Reims.
La huida duró unos quince minutos, culminando cuando el sospechoso, al quedar bloqueado, arrolló el pie de un agente y golpeó su pierna en un intento de escapar. Según el parquet de Reims, el impacto fue claro, aunque el acusado no reconoció plenamente su intención de agredir al policía.
Durante el incidente, el hombre mostró una actitud «muy agresiva y virulenta», a diferencia de su acompañante, que se mantuvo «más calmada». Para detenerlo, los agentes rompieron las ventanillas del vehículo y uno de ellos llegó a apuntarlo con su arma, aunque, según el ministerio público, «no se disparó ningún tiro».
El agente herido sufrió una incapacidad total de trabajo de cinco días. En su declaración, el sospechoso admitió «un poco» los hechos, pero negó haber atacado al policía de forma voluntaria. Su actitud durante el interrogatorio fue ambigua respecto a la intencionalidad de sus actos.
El inmigrante fue procesado por delitos como «conducción sin permiso en reincidencia», «violencia contra autoridad pública con arma (vehículo) en reincidencia», «desobediencia agravada en reincidencia» y «falta de seguro en reincidencia». Fue detenido provisionalmente el viernes 6 de junio hasta su juicio.