Ali S., un solicitante de asilo iraní de 32 años, reside en Alemania desde 2018 pese a que su petición fue rechazada y pesa sobre él una orden de expulsión. En mayo, intentó asesinar a una mujer de 56 años en Glinde, Schleswig-Holstein, estrangulándola con la correa de su perro. Un testigo evitó la tragedia.

Aunque Ali S. aceptó tres veces abandonar Alemania voluntariamente, los intentos fracasaron. En el último, el piloto del vuelo se negó a trasladarlo por considerarlo peligroso. Según el Ministerio de Asuntos Sociales, la deportación escoltada no fue viable por falta de «base política adecuada».

El 2 de mayo, Ali S. atacó a una mujer en la calle en Glinde, quitándole su perro, derribándola y estrangulándola con la correa tras arrodillarse sobre su pecho. La Fiscalía investiga por intento de homicidio, aunque el tribunal lo califica como lesiones corporales graves.

Este no es el primer incidente violento de Ali S. Este año amenazó de muerte a funcionarios del Ayuntamiento de Glinde, lo que llevó al alcalde, Rainhard Zug, a cerrar el edificio y reforzar la seguridad. «Este hombre es incontrolable», afirmó el regidor. Nadie actuó pese a las alertas.

Los servicios psiquiátricos de Stormarn, pese a las advertencias, no consideraron a Ali S. un peligro. Días después de un nuevo intento fallido de deportación, ocurrió el ataque. Actualmente, está internado en un hospital psiquiátrico y no está claro si será condenado o deportado.