Este miércoles, alrededor de las 21:30, un incidente en la calle San Pablo, en el barrio homónimo de Zaragoza, culminó con una detención inmediata. Los astros parecieron alinearse para resolver una situación complicada en cuestión de segundos, gracias a la rápida actuación policial.

Una patrulla de la Policía Nacional realizaba labores de vigilancia cerca de la Plaza Santo Domingo cuando un viandante les alertó con urgencia. «Se están pegando varias personas; es aquí, en la calle San Pablo», les indicó nervioso, solicitando su intervención inmediata.

Los agentes se desplazaron al lugar en su coche patrulla, activando las señales luminosas y acústicas. Al llegar a la calle San Pablo, hallaron a un hombre tendido en el suelo, sangrando por la nariz, visiblemente afectado por lo sucedido momentos antes.

La víctima informó a los policías que dos individuos presentes en la escena le habían robado su teléfono móvil y un reloj de pulsera. Sorprendentemente, el robo había ocurrido segundos antes, y los presuntos agresores observaban incrédulos la llegada de la patrulla.

Los sospechosos no tuvieron tiempo de huir. Apenas iniciaron su fuga, los agentes los inmovilizaron, les colocaron esposas y les leyeron sus derechos. Todo ocurrió a escasos metros del lugar del robo, bajo la mirada de varios testigos.

Los detenidos, de nacionalidad marroquí y de 24 y 20 años, portaban el móvil y el reloj robados. Según testigos, habían golpeado a la víctima con barras de madera. La Policía Nacional confirmó que los objetos coincidían con la descripción de la víctima.

Media hora después del robo, los agentes trasladaron a los detenidos en el coche patrulla. Previamente, verificaron que las heridas de la víctima, un golpe en la nariz sin rotura, no eran graves y no requerían atención médica urgente.

Testigos destacaron la importancia de la reacción de un vecino que corrió a buscar ayuda policial al presenciar el inicio del asalto. Su decisión fue clave para evitar que los agresores escaparan por las calles del barrio, según relataron.

Un residente de la calle San Pablo afirmó: «Si no llega a correr por una patrulla, se habrían escondido en algún bloque de viviendas ocupado o con amigos». Su comentario refleja la percepción de inseguridad en ciertas zonas del barrio.

Otra vecina de la Plaza Santo Domingo señaló: «Es vital gritar o buscar a la policía, no quedarnos mirando. Así, los delincuentes saben que pueden ser detenidos en el acto, como ha pasado hoy». Su opinión subraya la necesidad de actuar.

Desde la Jefatura de Policía Nacional en Zaragoza instan a los ciudadanos a denunciar estos hechos y colaborar activamente con las fuerzas de seguridad. Este caso demuestra cómo la cooperación puede llevar a detenciones inmediatas en el lugar de los hechos.