Por Redacción

Un frutero fue brutalmente agredido el martes por la mañana en la barriada de sa Indioteria, Palma. Tres hombres de nacionalidad marroquí intentaron robar dos melones de su establecimiento en la calle Santiago Álvarez. Al enfrentarse a ellos, los ladrones lo atacaron y amenazaron con regresar. Dijeron: «Volveremos para matarlo, el barrio es nuestro». Los vecinos y comerciantes están aterrorizados por la creciente inseguridad.

El incidente escaló rápidamente frente a testigos horrorizados. Una mujer que estaba con su nieta relató: «Hemos oído golpes en los cristales de la frutería. Al acercarnos, lo tenían en el suelo y le daban patadas. Lo llevamos a una panadería para que se sentara. Ha sido horrible, lo querían matar». La violencia dejó una profunda marca en la comunidad, que teme más ataques.

Los agresores también arremetieron contra otros comerciantes que intervinieron para ayudar. Estos tuvieron que cerrar sus negocios varias horas para acudir a dependencias policiales y denunciar. Uno de ellos afirmó: «Dicen que vendrán a por nosotros por ayudar al frutero, que volverán para matarlo». La tensión en el barrio es palpable y los residentes sienten que no hay protección.

La situación se agrava con la presencia de una casa okupada en el camí Vell de Bunyola. Vecinos cuentan que los ocupantes fueron desalojados hace meses, pero han regresado. Un equipo de prensa constató un fuerte olor a basura en el lugar. Una cámara de vigilancia falsa y una cortina como puerta evidencian el deterioro. El patio está lleno de trastos y ropa tendida.

Un residente cercano denunció el constante alboroto de los ocupantes y los malos olores. Señaló: «En verano apesta a basura, y en invierno huele a marihuana». Los problemas no cesan. Una comerciante relató que minutos antes del robo, uno de los sospechosos entró a su tienda mientras otros esperaban fuera. Su actitud sospechosa la alertó y negó tener el producto que pedían.

Otra trabajadora del barrio expresó su hartazgo por el acoso constante. Dijo: «Increpan a las mujeres y exigen pollo o cargar móviles solo por ser mujeres». En una ocasión, un cliente las defendió y uno de los agresores lo abrazó diciendo: «Con los hombres no tengo problema, los respeto». Esta situación genera miedo y frustración entre los afectados.

La desesperación crece y los residentes critican la falta de apoyo legal. Una vecina lamentó: «Tenemos miedo, las leyes no nos ayudan. Parece que están hechas para apoyarlos a ellos. Los detienen y a las pocas horas están de vuelta». La sensación de abandono es generalizada y piden soluciones inmediatas para recuperar la seguridad.

Por ello, los habitantes de sa Indioteria reclaman mayor presencia policial ante el aumento de la delincuencia. Un vecino afirmó: «Esto nunca se había visto aquí». También lamentan que cada vez más zonas de Palma enfrenten esta inseguridad. Temen tener que irse para evitar más conflictos, dejando el barrio en manos de los delincuentes.