Hicham Abderraouf, inmigrante argelino de 28 años, ha sido sentenciado a cadena perpetua por provocar un incendio deliberado en la estación de esquí de Courchevel, en los Alpes franceses. Este trágico evento, ocurrido el 20 de enero de 2019, causó la muerte de dos trabajadores y heridas a 24 personas. El suceso expuso las precarias condiciones de alojamiento de los temporeros en una de las estaciones más exclusivas de Francia.
La Corte de Assises de Savoie dictó la condena esta semana, declarando a Abderraouf culpable de «destrucción mediante medio peligroso con resultado de muerte». Aunque el fiscal pidió un mínimo de 22 años de cumplimiento efectivo, el jurado optó por la pena máxima. Las víctimas, aliviadas, ven en el veredicto un paso hacia la justicia tras seis años de espera, como expresó la superviviente Ambre Corci.
Entre las víctimas mortales se encuentran una mujer de 32 años y un hombre de unos 45, ambos empleados de Courchevel. El incendio arrasó el viejo hotel Isba, un edificio de tres plantas donde residían 60 trabajadores temporales, muchos de ellos extranjeros. Durante el siniestro, varios heridos se lanzaron por las ventanas en un desesperado intento de escapar de las llamas.
Las pruebas contra Abderraouf incluyen imágenes de videovigilancia y escuchas telefónicas recopiladas por los gendarmes de Chambéry. Estas muestran su recorrido la noche del 19 al 20 de enero de 2019: llegó a Courchevel 1850 a las 21:40 en un Audi A3 negro, se reunió con amigos en la residencia Isba y visitó el bar Chez Gaston, donde trabajaba su exnovia Juliette, ausente esa noche.
La noche del incendio, Abderraouf y sus acompañantes, William y Andrea, fueron vistos en varios lugares de Courchevel. Tras una pelea con José, un trabajador que debía dinero a William, Abderraouf lo golpeó con una pistola Tokarev, hecho que admitió ante los investigadores. Más tarde, las cámaras lo captaron cerca de Isba entre las 4:13 y 4:28, justo cuando el fuego comenzó.
Imágenes muestran a Abderraouf entrando marcha atrás en un callejón cerca de Isba a las 4:13 y saliendo a las 4:28, cuando el humo ya era visible. Posteriormente, fue filmado observando el incendio desde su coche y en la calle. Permaneció en un aparcamiento hasta las 5:20, deambuló por la estación y abandonó Courchevel pasadas las 22:00 del 20 de enero.
Escuchas telefónicas revelaron que Juliette, exnovia de Abderraouf, sospechaba de su implicación en el incendio. En conversaciones de febrero a abril de 2019, expresó temor por haberlo «delatado» y afirmó que en La Grande-Motte «todos querían su piel». Estas declaraciones reforzaron las acusaciones contra el condenado, pese a que ella luego se retractó.
Durante el juicio de siete días, Abderraouf mantuvo su inocencia. Sus abogados, Me Foudeil Benazout y Me Ghais Bencharif, argumentaron que fue víctima de un «rumor» que lo señaló desde el inicio. Insistieron en que su presencia en el banquillo se debía a especulaciones infundadas, más que a pruebas concluyentes, aunque no lograron convencer al jurado.
El incendio en la residencia L’Isba, iniciado a las 4:00 del 20 de enero de 2019, afectó a un edificio en condiciones deplorables que albergaba a 57 trabajadores. Testigos reportaron un fuerte olor a gasolina antes del siniestro y se halló un arma cerca del lugar, alimentando la teoría de un acto premeditado en un contexto de extrema precariedad.
Abderraouf fue detenido en 2019, pero liberado en abril de 2021 por un error procesal, momento que aprovechó para huir. La policía española lo capturó en Málaga en enero de 2023, cuando intentaba tomar un ferry a Argelia. Extraditado a Francia, ahora enfrenta un posible juicio de apelación en un plazo de 18 a 30 meses, según la abogada Me Solène Hermouet.
Paralelamente, el propietario del edificio será juzgado los días 5 y 6 de junio por «homicidio y lesiones involuntarias» y por alojar trabajadores en condiciones no conformes. La acusación señala que la falta de seguridad del inmueble, construido en los años 70 y en mal estado, contribuyó al trágico desenlace de aquella noche en Courchevel.