La Costa del Sol vive un aumento preocupante de la criminalidad, con tiroteos y episodios violentos que captan la atención mediática. En Málaga, la implantación de bandas como la Mocro Maffia, una red holandesa de origen marroquí, es una amenaza real. Este martes 17 de junio, la Policía Nacional detuvo en Fuengirola a una mujer de esta organización, vinculada a un asesinato hace seis meses frente a un club cannábico.
El arresto se enmarca en la operación «Smoke», que indaga un tiroteo ocurrido el 7 de diciembre en la calle Asturias de Fuengirola. En ese suceso, una persona de nacionalidad neerlandesa perdió la vida. Durante la investigación se hallaron 18 vainas de calibre 5,56, y en junio, un operativo nocturno en Países Bajos permitió detener a otro implicado en el traslado de armas a Málaga.
En el incidente de diciembre, la víctima falleció por múltiples heridas de bala. Los servicios sanitarios confirmaron su muerte a las puertas del club cannábico, tras activarse un dispositivo de emergencia. La investigación, abierta desde entonces, ha avanzado con esta detención, marcando un hito en la lucha contra el crimen organizado en la zona.
La Mocro Maffia, especializada en el tráfico de cocaína y drogas sintéticas, opera desde Países Bajos y se ha extendido por Europa, con presencia en España, Portugal y Bélgica. Su actividad delictiva representa un desafío para las autoridades, que intensifican esfuerzos para frenar su influencia en la Costa del Sol.