Un agente de los Mossos d'Esquadra resultó herido de gravedad este fin de semana en los calabozos de la comisaría de Gerona. El incidente ocurrió tras la detención de un delincuente marroquí de 31 años, con múltiples antecedentes, quien tenía una orden judicial de busca y captura pendiente.
Durante la noche del sábado al domingo, el detenido mostró una actitud hostil hacia los agentes. Golpeó el vehículo policial que lo trasladaba a la comisaría de Gerona y amenazó repetidamente con hacer daño a los policías que lo custodiaban.
El momento más grave tuvo lugar al llegar a la comisaría. Al ser extraído del coche para ingresar al área de custodia, el hombre atacó de forma repentina a un agente, propinándole un puñetazo que le abrió la ceja, causándole una herida sangrante y obligándolo a causar baja.
Tras el ataque, el agresor, ya detenido por la orden judicial, fue arrestado nuevamente por un delito de atentado contra la autoridad. Este lunes, pasó a disposición del juzgado de guardia de Gerona, pero, a pesar de su historial violento y antecedentes, quedó en libertad.
El detenido es multirreincidente, principalmente por delitos de robo, y es conocido por la policía en la comisaría de Gerona. Esta agresión se suma a otros incidentes recientes contra agentes en Cataluña, como los ocurridos en Lérida y Sardañola del Vallés.
En Lérida, seis policías resultaron heridos en un brutal ataque, mientras que en Sardañola del Vallés un agente sufrió la amputación de un dedo por un mordisco. Sindicatos como CCOO denuncian un aumento de la violencia contra la policía y la falta de medidas contundentes.
CCOO ha señalado a este medio que los ataques son constantes y han crecido en los últimos meses. Critican la pasividad de mandos políticos y policiales, recordando que en Lérida se minimizó el incidente como «hecho aislado» y parte del trabajo policial.