Una mujer italiana de 51 años, Federica Coviello, solo quería disfrutar de un aperitivo con su pareja, Davide Caramaschi, en el bar habitual de Gravellona Lomellina, un pequeño municipio cercano a Vigevano, en la provincia de Pavia (Italia). Ahora, tras un violento incidente el lunes por la noche, se encuentra en terapia intensiva en el hospital Niguarda de Milán, con una pierna amputada y en estado crítico pero estable.
El drama comenzó poco antes de las 20:00 en la terraza de bar llamado Antica Caffetteria, ubicada en la vía principal de este pueblo conocido por sus reproducciones artísticas en las fachadas. Federica y Davide estaban sentados cuando, el agresor, Craiet Ben Ouafi, tunecino de 41 años con antecedentes penales, entró al local con su pareja, pidió una sambuca (licor de anís) y al poco rato mostró un comportamiento molesto e intolerable.
La situación escaló rápidamente: el agresor discutió con la camarera, aparentemente por creer que la bebida estaba «aguada», y llegó a agredirla físicamente. El esposo de la empleada y algunos clientes lo expulsaron del bar. Furioso, el hombre se marchó en su coche Fiat 500 de color negro, conducido por su novia, dando la impresión de que el conflicto había terminado en ese momento.
Sin embargo, lejos de calmarse, el agresor pidió a su pareja que le dejara conducir el coche y embistió el bar a gran velocidad, como relataron los testigos. Federica y Davide, que estaban en la última mesa de la terraza, no pudieron escapar y fueron arrollados. Otros clientes lograron refugiarse dentro o saltar a tiempo, pero ellos sufrieron el impacto directo y devastador.
Federica resultó gravemente herida, con una pierna destrozada que requirió amputación. Fue trasladada de urgencia en helicóptero desde un campo deportivo local al hospital Niguarda en código rojo, con su vida en peligro. Davide, de 52 años, está en el policlínico San Matteo de Pavia, en código amarillo, con fracturas múltiples en la pierna izquierda.
Tras el ataque, el agresor huyó a pie, pero la policía, bajo el mando del teniente coronel Paolo Banzatti, lo detuvieron antes de que la multitud enfurecida lo alcanzara. La tensión escaló a altos niveles: muchos intentaron romper el cordón policial para lincharlo mientras lo trasladaban.
El agresor fue llevado al hospital para pruebas de alcohol y drogas, y luego trasladado a la cárcel de Pavia, arrestado por intento de homicidio a la espera de interrogatorio. Gravellona Lomellina, un pueblo de menos de 3.000 habitantes, está conmocionado por Federica, quien hasta hace meses regentaba otro bar a 50 metros de allí.
El ataque ha dejado una marca imborrable en esta tranquila comunidad. Federica, una barista conocida y querida, solo buscaba un momento de relax en una cálida noche de verano. Ahora, su lucha por sobrevivir y la indignación por el brutal ataque de Ben Ouafi son el centro de todas las conversaciones.