Un nuevo tiroteo ha sacudido este sábado por la mañana las inmediaciones del campamento de inmigrantes de Loon-Plage, en el norte de Francia. Agentes de policía y equipos de emergencia se desplazaron al lugar para responder a un incidente de extrema gravedad que ha dejado un saldo de seis afectados.
En la intervención participaron dos unidades del SAMU, efectivos de bomberos y un helicóptero para atender a las víctimas, todas presuntamente de origen sudanés. El despliegue buscaba garantizar una respuesta rápida ante la magnitud de las heridas sufridas por los afectados en este violento episodio.
Entre los heridos, dos inmigrantes presentan lesiones graves: un adulto, trasladado al centro hospitalario de Dunkerque, y un niño de apenas 2 años, evacuado en helicóptero al CHRU de Lille. La situación de ambos es crítica, según fuentes de los servicios de emergencia.
Además, otros tres inmigrantes con heridas leves fueron conducidas al hospital de Dunkerque para recibir atención médica. Un sexto inmigrante, también de posible origen sudanés, perdió la vida en el lugar de los hechos, marcando una dolorosa pérdida.
El área fue completamente acordonada para facilitar las labores de los equipos de emergencia y las investigaciones iniciales. Las autoridades trabajaron para asegurar el perímetro y evitar nuevos incidentes en una zona marcada por la tensión y la vulnerabilidad.
Durante la mañana, dos individuos fueron arrestados: un hombre adulto y un joven de 17 años, ambos puestos bajo custodia policial. El Ministerio Público de Dunkerque ha iniciado una investigación por homicidio en banda organizada, tentativas de homicidio y posesión de armas de categorías A y B.
Según los primeros datos, varias armas de fuego habrían sido utilizadas en el ataque. Este hecho agrava la percepción de inseguridad en el campamento, donde los enfrentamientos armados se han intensificado en las últimas semanas, según reportes policiales.
En menos de un mes, las fuerzas del orden han notado un aumento de las tensiones en la conocida zona como «jungla». El 26 de mayo, un afgano de 26 años recibió un disparo en el muslo, y días antes, otro inmigrante fue herido en la pierna con un arma de fuego.
Otros incidentes recientes incluyen a un exiliado herido en el pie por una bala y, a principios de esta semana, un nuevo ajuste de cuentas en el campamento. En este último, un yemení de 27 años sufrió tres disparos, evidenciando la escalada de violencia.