Una mujer, presunta víctima de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, compareció ayer en la Audiencia de Castellón para relatar los horrores sufridos en un local de Alcalá de Chivert (Acalà de Xivert). Denunció haber sido engañada con un supuesto empleo como limpiadora, cocinera y camarera, solo para enfrentarse a una pesadilla de violencia y abuso al negarse a prostituirse.

Durante su testimonio, la mujer describió con crudeza los hechos: «Me dijeron que necesitaban una limpiadora, cocinera y camarera. Estuve hospedada en el restaurante, que tenía habitaciones, 15 días. Se suponía que estaba a prueba y me negué a acostarme con clientes. Me encerraron en una habitación, me ataron de pies y manos con una cuerda, me golpearon y me quemaron con cigarros. Todo, mientras se turnaban para violarme durante días».

Por su parte, los dos acusados, hermanos de origen magrebí que se enfrentan a 35 años de cárcel, rechazaron las acusaciones. Uno afirmó no tener vínculo con el negocio: «Yo trabajaba en el campo y solo iba a dormir cuando acababa». El otro, exresponsable del local, aseguró que su religión le «impedía» tales actos y que la víctima quería «joderme la vida».

Además, varios guardias civiles del equipo de Policía Judicial declararon como testigos. Uno destacó que las habitaciones del local podían cerrarse por dentro y por fuera, contradiciendo a los procesados. También señaló que la víctima identificó a sus agresores y que uno de ellos tiene otro caso por violencia de género con un «modus operandi similar».