Una persecución policial digna de una película se vivió en Madrid este jueves a las 20:30 horas. Tres agentes de la Policía Nacional resultaron heridos tras la huida de un conductor iraní de 50 años por las calles y un parque del sur de la capital, donde finalmente fue detenido.

El suceso comenzó en el distrito de Latina, cuando agentes observaron un Opel Astra blanco circulando a gran velocidad. El conductor realizaba gestos por la ventanilla. Al ordenarle detenerse, aceleró y emprendió la fuga, desatando una intensa persecución por la ciudad.

La huida llevó al prófugo al parque infantil de Ingenieros, lleno de niños y adultos. Circuló a gran velocidad por zonas peatonales y jardines, poniendo en riesgo a los presentes. Luego, en Carabanchel, se subió a aceras y derribó una señal de tráfico al chocar contra ella.

El conductor se incorporó a la autovía A-1 hacia Burgos, perseguido por más de diez vehículos de la Policía Nacional, Municipal y Guardia Civil. En el kilómetro 21, intentó ser frenado, pero realizó maniobras peligrosas que casi provocan un accidente con una patrulla.

Acorralado, salió de la A-1 y tomó la M-100 en Alcobendas, a kilómetros del inicio de la persecución. En una rotonda, embistió un coche patrulla, hiriendo levemente a dos agentes al activarse los airbag. Intentó huir, pero fue encerrado por otros vehículos.

Finalmente, al negarse a salir del coche, un agente rompió las ventanillas y otro resultó herido en una mano al intentar alcanzarlo. Ante su agresividad, fue reducido con una pistola táser, esposado y trasladado a un hospital para recibir atención médica.