La Audiencia Provincial de Lugo ha dictado una dura condena de 26 años de prisión para José Valencia, de nacionalidad colombiana, declarado culpable del asesinato de Cristina Cabo, lucense de 42 años. Los hechos ocurrieron en 2022, en el domicilio de la víctima, ubicado en las casas sindicales, tras un encuentro en la calle Falcón, zona de ocio nocturno de la ciudad, según ha informado El Progreso.

El 27 de noviembre de 2022, cerca de las 5.40 horas, el acusado contactó con Cristina y ambos se dirigieron a su vivienda. Tras una relación sexual consentida, una discusión derivó en violencia extrema. El asesino le infligió un total de 47 puñaladas: 29 heridas incisas y 18 erosiones lineales con un cuchillo, acabando con su vida de forma brutal, según detalla el fallo del Tribunal del Jurado.

La sentencia está basada en el veredicto popular, y recoge la desproporción física entre agresor y víctima, asegurando el acusado su ejecución sin riesgo de defensa. La magistrada presidenta descarta alteraciones mentales o efectos de sustancias, afirmando que el asesino colombiano actuó con plena capacidad de entender y querer en el momento del crimen.

El fallo también destaca la crueldad del ataque, señalando que muchas heridas no eran necesarias para causar la muerte. Como describe el texto judicial, «le asestó diversas puñaladas innecesarias para causarle la muerte, aumentando intencionadamente el dolor y el sufrimiento de la víctima antes de su fallecimiento».

Además, el tribunal probó que, tras el asesinato, el asesino aprovechó la vulnerabilidad de Cristina, ya moribunda, para robar un ordenador portátil y una bicicleta de la vivienda. Este robo con violencia, cometido en inmediatez con el crimen, agrava aún más la condena impuesta por la Audiencia de Lugo.

El Tribunal del Jurado determinó que el acusado actuó con intención de matar, basándose en el elevado número de puñaladas en zonas vitales. Descartaron legítima defensa al no hallar signos de agresión en él, concluyendo agravantes de alevosía y ensañamiento que califican el delito como asesinato.

Estos agravantes sustentan la pena de 26 años de prisión, reflejo de la gravedad y la violencia del crimen, así como de la intencionalidad de infligir sufrimiento adicional a la víctima. La sentencia subraya la brutalidad del acto y la desprotección en la que se encontró Cristina Cabo.

La resolución de la sección segunda de la Audiencia de Lugo no es firme, permitiendo recurso ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). Hasta un eventual pronunciamiento, la condena afecta al cumplimiento de la pena privativa de libertad del acusado en prisión.

El crimen de Cristina Cabo, muy querida en su barrio por su tienda de productos ecológicos y su implicación en movimientos sociales, generó una profunda indignación en Lugo. Su pérdida dejó un vacío en la comunidad, que aún recuerda su compromiso y cercanía con los vecinos.