Por Redacción

Un grupo de 94 activistas marroquíes, ceutíes y melillenses de origen marroquí, algunos con nacionalidad española, aguarda en Ben Younes, a los pies de Ceuta, para ocupar el islote de Perejil. Desde hace dos días enfrentan un temporal que retrasa su plan. «Queremos meternos encima de nuestra tierra», afirma el Comité de Coordinación para la Liberación de Ceuta y Melilla.

Vestidos con ropa similar a la militar y portando la bandera y estrella de Marruecos, los activistas lanzan un mensaje contundente al Partido Popular. Yahya Yahya, exsenador y exalcalde de Beni Ensar, además de presidente del Comité, advierte: «Si os relacionáis con terroristas, hasta el último marroquí defenderá con su sangre la integridad de Marruecos». Su ira apunta a una reciente invitación del PP.

El Comité califica de «terrorista» a Abdulah Arabi, delegado del Frente Polisario en España, quien asistió al Congreso Nacional del PP el pasado fin de semana. Esta invitación, vista como «un insulto para todo el pueblo marroquí», reactivó al grupo, inactivo desde 2014. Su respuesta busca reivindicar la unidad territorial y enviar un claro mensaje de advertencia al partido español.

Yahya Yahya amenaza con consecuencias si el PP no rectifica. «Si Feijóo no vuelve a la lógica, pasaremos a últimas opciones. Tenemos un sistema que puede dar resultados imprevistos», declara el dirigente. Aunque sin ejército, insinúa capacidad de acción. La operación, planeada para el sábado, se pospuso por el viento que impide el acceso al islote por ahora.

Sorprende la falta de obstáculos para su movilización. «No hemos encontrado oposición. Si quisieran pararnos, lo habrían hecho. Hay miles de controles, pero tuvimos facilidades», explica Yahya Yahya. El grupo asegura que llegar a Perejil es viable y que su presencia en la zona no ha sido cuestionada por las autoridades, lo que facilita sus movimientos.

El Comité tiene antecedentes de acciones simbólicas. En 2012, sus miembros robaron un brazo de la estatua de Pedro Estopiñán, conquistador de Melilla, ubicada en el centro de la ciudad. La escultura fue restaurada, pero la pieza robada sigue en Marruecos. Este acto refleja su rechazo a la presencia histórica española en los territorios que reclaman.

El malestar actual se centra en la invitación del PP a Abdulah Arabi. «Es un terrorista del Frente Polisario. Ni más ni menos», denuncian. Yahya Yahya, retirado de la política, reactivó el Comité tras reuniones con exmiembros. La cúpula decidió unánimemente retomar la lucha por «ayudar al Estado y el sentimiento nacionalista marroquí».

Abdulah Arabi, por su parte, ya asistió al Congreso del PP en 2020 en Sevilla, cuando Feijóo asumió el liderazgo. Sobre la reacción marroquí: «Es infundada y desproporcionada. No debería debatirse en un contexto democrático». Insiste en que su presencia no justifica tal respuesta y critica la actitud de Marruecos.

Arabi también considera que esto no es un caso aislado. «Se enmarca en la estrategia marroquí de condicionar alianzas y relaciones de vecindad según posicionamientos políticos, especialmente en el Sáhara Occidental», afirma. Su visión choca con la del Comité, que ve en su participación una provocación directa contra Marruecos.

En contraste, Yahya Yahya elogia al PSOE. «Agradezco su apoyo. Son inteligentes y entienden la mejor solución para el Sáhara, que muchos países ya han retirado», señala. Esta postura favorable al partido socialista marca una diferencia clara con su crítica al PP, al que acusan de desestabilizar las relaciones bilaterales.

El islote de Perejil, a 250 metros de la costa marroquí y 8 kilómetros de Ceuta, está deshabitado y sin símbolos de soberanía. Su estatus jurídico responde a un equilibrio diplomático tras el incidente de 2002, cuando Marruecos lo ocupó y España respondió militarmente. Desde entonces, se mantiene un statu quo acordado entre ambos países.

El conflicto de 2002, bajo el gobierno de José María Aznar, casi rompe las relaciones entre España y Marruecos. Rabat nunca aclaró sus motivos, aunque se apuntaron causas como la reclamación de territorios españoles en África, el apoyo español al censo saharaui de MINURSO y la cancelación de acuerdos pesqueros por 90 millones de euros mensuales.

Tras la crisis, España y Marruecos pactaron restaurar la situación. Ana Palacio y Mohamed Benaissa, ministros de Exteriores, acordaron en Rabat mantener el statu quo y desmilitarizar Perejil. Actualmente, no puede ser ocupado ni transitado por autoridades, salvo en emergencias como rescates de inmigrantes bajo acuerdos de cooperación.

La idea de ocupar Perejil también se inspiró en la serie documental «Perejil. La guerra que no fue» de El Terrat, recién estrenada en España. Sus tres capítulos incluyen testimonios de Aznar y Federico Trillo, además de militares y especialistas marroquíes. El Comité critica las declaraciones de Aznar, que consideran falsas frente a informes de inteligencia.

Yahya Yahya apunta directamente a Aznar. «Mintió en muchas declaraciones que no coinciden con los informes de inteligencia de ambos países. Queremos decirle que él está en Madrid, pero nosotros podemos campar en Perejil y nadie nos moverá», asegura. Esta acción busca ser un desafío simbólico al exmandatario y al PP actual.