Por Redacción

La juez de guardia del Juzgado de Instrucción nº 3 de Pamplona ha ordenado este domingo 6 de julio la prisión provisional comunicada y sin fianza para dos individuos de origen magrebí, acusados de un delito de robo con violencia. El incidente tuvo lugar en la capital navarra apenas unas horas antes del Chupinazo que marca el inicio oficial de los Sanfermines, un evento emblemático de la ciudad.

El suceso ocurrió a las 2.30 horas de la madrugada del sábado en la céntrica Plaza del Castillo de Pamplona, según las diligencias policiales comprobadas por Navarra.com. La víctima, que salía de un local de copas, fue sorprendida por los dos acusados, quienes actuaron de manera coordinada para perpetrar el delito en un lugar concurrido de la ciudad en plena antesala festiva.

En su declaración ante las autoridades, la víctima relató cómo fue rodeada por los agresores, quienes la increparon con gritos con el claro propósito de obtener un beneficio económico. Uno de ellos le propinó un fuerte tirón a la cadena de oro que llevaba al cuello, logrando romperla y apoderándose de ella en un acto de marcada violencia.

Los dos individuos huyeron a la carrera en dirección a la calle Chapitela. Sin embargo, su escape fue frustrado minutos después por agentes de la Policía Municipal, que los interceptaron en la calle Juan de Labrit. Durante el registro, uno de los detenidos aún portaba la cadena sustraída, clave como prueba del delito.

La juez ha considerado que existen indicios suficientes para imputarles el delito de robo con violencia, basándose en la declaración de la víctima, las diligencias policiales y la identificación precisa de los autores. Esta identificación coincide plenamente con la descripción proporcionada por el denunciante, reforzando la solidez del caso contra los acusados.

En su comparecencia ante el juzgado, los dos detenidos han negado rotundamente los hechos que se les imputan. No obstante, no han aportado ninguna explicación coherente sobre lo ocurrido ni han podido rebatir la identificación directa realizada por la víctima, lo que ha debilitado su defensa en esta fase inicial del proceso judicial.

La magistrada ha justificado la prisión provisional por la violencia empleada, la mecánica delictiva utilizada y la gravedad de los hechos. Ha subrayado que las penas potenciales, junto al riesgo de reiteración delictiva, hacen necesaria esta medida para garantizar la presencia de los acusados en el futuro juicio.