Un marroquí fue secuestrado en la barriada de Sabinillas, en Estepona (Málaga). Mientras caminaba por la calle junto a dos amigos, dos vehículos lo interceptaron y lo obligaron a entrar en el maletero de uno de ellos. Sus acompañantes lograron escapar, pero él no tuvo la misma suerte.

Horas después, sus allegados recibieron un vídeo en el que aparecía boca abajo, con una pistola apuntándole a la cabeza, mientras una voz exigía 30.000 euros. Según los secuestradores, la deuda estaba vinculada a un conocido de la víctima. De no recibir el dinero o encontrar al responsable, acabarían con su vida.

En un momento de descuido, la víctima consiguió usar su móvil para hacer una foto al interior del coche, donde se veía el logotipo de Honda en el volante. También compartió su ubicación aproximada. Con esta información, uno de sus amigos denunció lo ocurrido a la Policía Nacional el jueves por la noche.

Las investigaciones condujeron a Vélez-Málaga, donde agentes localizaron los vehículos involucrados y organizaron un dispositivo de vigilancia. La madrugada del viernes, detectaron un Honda Accord que coincidía con las pistas recibidas. El secuestrado volvía a ser trasladado en el maletero cuando los agentes interceptaron el coche en la autovía A-7, cerca de la barriada de El Palo, en Málaga.

El secuestrado fue liberado sin lesiones apenas 16 horas después de iniciarse las pesquisas. Los investigadores creen que el caso está relacionado con el tráfico de drogas, probablemente un ajuste de cuentas por el pago de un fardo de hachís que nunca se entregó.

A los cuatro detenidos —dos españoles y dos marroquíes— se les atribuyen los delitos de secuestro, pertenencia a organización criminal y tenencia ilícita de armas. Pese a la gravedad de los hechos, todos están en libertad provisional tras ser puestos a disposición judicial.

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