Los graves disturbios en Torre Pacheco desde el viernes responden, según la Guardia Civil, a una falta estructural de agentes. «Es una ciudad de 45.000 habitantes sin el número necesario de efectivos. En toda España faltan agentes, pero aquí se nota más y la delincuencia ha crecido», afirman fuentes de la Comandancia de Murcia.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, afirmó este lunes que la respuesta policial fue «inmediata», pero la Guardia Civil lo desmiente. Asegura que la llegada de refuerzos fue lenta y tardía. Los disturbios comenzaron el viernes y se mantuvieron durante todo el fin de semana sin apenas refuerzo operativo en las calles.
«Han tardado demasiado. Los refuerzos llegaron muy tarde. Los dos pelotones de GRS (36 agentes) no comenzaron a actuar hasta este lunes. Deberían haber entrado en servicio el sábado o el domingo como tarde. Mañana llegarán otros dos pelotones, pero con la situación ya medio calmada», señalan desde la Comandancia.
Durante estos días se reforzará la presencia policial con más controles e identificaciones. No descartan nuevas detenciones. Hasta el momento han sido arrestadas nueve personas desde el viernes: dos marroquíes, cuatro magrebíes con nacionalidad española y tres españoles de origen, según confirman fuentes oficiales.
La Guardia Civil pone el foco en un perfil concreto: jóvenes de origen magrebí nacidos en España. «No se integran ni quieren integrarse. No es una cuestión de racismo, sino de realidad. De cada diez delitos violentos, nueve los comete este perfil: marroquíes o argelinos de segunda generación», denuncian.
«Son jóvenes, muchos menores, nacidos en España, pero no se sienten ni quieren sentirse españoles. Solo se relacionan entre ellos y forman guetos cerrados. Sus padres vinieron a trabajar y se integraron en parte, pero esta segunda generación ni estudia ni trabaja y delinque: menudeo, hurtos y robos», añaden las mismas fuentes.
La Guardia Civil advierte de un aumento en la violencia. «Siempre llevan un arma blanca: cuchillo, navaja o machete. La agresión a un vecino fue el detonante. Le dieron una paliza solo por diversión. Ni le robaron ni intentaron hacerlo. Fue violencia gratuita, y eso lo estamos viendo cada vez más», aseguran.
También preocupa la reincidencia. «Se sienten impunes. Son detenidos y al día siguiente están en la calle, en libertad hasta que se celebra el juicio. La gente está cansada. Siempre están provocando problemas. Son los mismos, una y otra vez. Y saben que no pasa nada», remarcan desde la Comandancia.
Este tipo de conflictos no se reproduce con otras comunidades extranjeras, según la Guardia Civil. «Hay inmigrantes de muchas nacionalidades, incluso africanos del Congo o subsaharianos, que se integran mejor y trabajan. No sabemos por qué con los magrebíes de segunda generación es diferente, pero lo es», concluyen.