Una furgoneta con luces apagadas se apostó junto a la escollera y, minutos después, una patera emergió del mar con una decena de inmigrantes magrebíes que corrieron hacia el vehículo en la costa de S'Estanyol, al sur de Mallorca. Subieron rápidamente y la furgoneta se desvaneció en la oscuridad, sin que la Guardia Civil pudiera intervenir. Cinco de ellos, sin embargo, no lograron escapar y quedaron en tierra.
El incidente fue captado por vecinos y viralizado en redes sociales y ha desatado preocupación en Baleares. La escena, que parece más una operación planificada que una llegada espontánea, sugiere un cambio en los patrones migratorios que afectan a las islas desde hace años. Todo apunta a una red de tráfico de personas desde Argelia, cada vez más profesionalizada y que opera con aparente impunidad.
La presidenta autonómica, Marga Prohens, ha vinculado este hecho a una «mafia perfectamente organizada» que actúa en las islas. Este miércoles, en un clima de tensión con el Consell de Formentera por las competencias sobre menores inmigrantes, Prohens criticó al Gobierno de España por dejar a Baleares «totalmente abandonadas» en esta crisis, mientras las instituciones locales hacen «piña» para afrontarla.
Prohens arremetió contra la política migratoria del Ejecutivo de Pedro Sánchez, al que acusa de provocar un «efecto llamada» con su modelo de «no inmigración y no política exterior». Según la presidenta, la situación ha superado la capacidad de respuesta del Govern balear, que, en sus palabras, «no puede resistir más» ante el creciente flujo migratorio que satura los recursos.
En un tono más duro, la presidenta reprochó al Gobierno central estar «más preocupado por defenderse de casos de corrupción que por proteger a los ciudadanos de Baleares». Además, expresó su apoyo al presidente del Consell de Formentera, Óscar Portas, para exigir conjuntamente al Estado que asuma sus responsabilidades en materia migratoria.
La escalada de declaraciones de Prohens llega en un contexto crítico, con una presión migratoria creciente en las islas. Los centros de acogida están desbordados por menores no acompañados, y en Formentera el Consell ha pedido renunciar a esta competencia, ya que más del 20% de su presupuesto se destina a su atención. «Es una cuestión de supervivencia», afirmó el diputado Llorenç Córdoba.
Esta crisis afecta especialmente a los consells insulares, responsables de acoger a los menores llegados en patera. Prohens fue contundente: «No podemos más. Si el Gobierno no puede gobernar, que convoque elecciones». Asimismo, solicitó reunirse con el comisario europeo de Inmigración, Magnus Brunner, para activar Frontex y con el delegado del Gobierno en Baleares, Alfonso Rodríguez.
Según datos oficiales, en 2025 han llegado 2.953 inmigrantes irregulares a Baleares. De mantenerse esta tendencia, la cifra podría aproximarse al récord de 2024, cuando se registraron unas 6.000 llegadas. Este panorama agrava la situación de unas islas que luchan por gestionar una crisis que no cesa de crecer.