Un nuevo episodio de violencia ha sacudido las costas de Almería con la llegada de inmigrantes ilegales. Dos ciudadanos argelinos, identificados como A.B., de 16 años, y K.W., de 30 años, protagonizaron un grave altercado al agredir a agentes de la Policía Nacional y a un intérprete, apenas instantes después de desembarcar en territorio español tras su travesía en patera.

El incidente se registró el 28 de mayo a las 13:00 horas en el puerto de Almería, concretamente en el Centro de Acogida Temporal de Extranjeros (CATE). Fuentes de la Policía Nacional, consultadas por este medio, describieron los hechos como un reflejo de la creciente inseguridad que enfrentan diariamente en su labor de control y gestión migratoria en la zona.

Ambos individuos, A.B. y K.W., formaban parte de un grupo de inmigrantes trasladados al módulo de Cruz Roja para un reconocimiento médico inicial y reseña, un trámite rutinario. Sin embargo, se negaron a cooperar desde el principio, adoptando una actitud «desafiante y reticente», según consta en el atestado policial al que hemos tenido acceso.

La situación escaló rápidamente de una resistencia verbal a un enfrentamiento físico. Los agresores insultaron a los agentes con frases como «tú no me das órdenes, eres más racista que ellos» y pasaron a la acción con puñetazos y patadas. Incluso llegaron a «levantar una silla contra los policías», dejando a uno de ellos con heridas en la pierna que precisaron atención médica.

Tras ser reducidos, A.B. y K.W. continuaron mostrando una «fuerte resistencia activa» durante su traslado al módulo de FRONTEX. Golpearon paredes y marcos de puertas, obligando a los agentes a emplear la fuerza para controlarlos, según detalla el informe policial. La violencia exhibida complicó aún más la situación en el centro de acogida.

Parte del altercado quedó registrado por las cámaras de videovigilancia del CATE, material que podría ser determinante en el proceso judicial contra los implicados. Las autoridades destacan con preocupación que los agresores ni siquiera habían sido reseñados cuando cometieron el delito, evidenciando los retos en la gestión inicial de llegadas.

Los agentes afectados, que han optado por el anonimato, expresaron su indignación ante lo sucedido. «No es la primera vez que enfrentamos algo así», lamentaron fuentes policiales, subrayando que estas agresiones son recurrentes en Almería, uno de los principales puntos de entrada de inmigración ilegal en España.

A.B., al ser menor de edad, ha sido puesto a disposición de la Fiscalía de Menores, mientras que K.W. enfrentará un proceso judicial. La reiteración de estos incidentes ha avivado el debate sobre la necesidad de revisar los protocolos en los centros de acogida y reforzar la seguridad de los policías en primera línea.

La frustración de los agentes refleja una problemática más amplia. Mientras los inmigrantes como A.B. y K.W. enfrentan consecuencias que muchos consideran insuficientes, los policías reclaman medidas que garanticen su protección y les permitan desempeñar su labor sin temor a agresiones en las costas de Almería.