La Policía Foral tuvo que actuar en dos ocasiones en el Centro de Observación y Acogida (COA) de Ilundáin, en Navarra, durante la pasada madrugada. Este centro acoge desde la semana pasada a menores no acompañados (menas) trasladados por el gobierno socialista de María Chivite tras los graves incidentes que protagonizaron en Marcilla, donde sembraron el temor entre los vecinos.
La primera intervención ocurrió poco después de la medianoche, tras una llamada de los responsables del centro, gestionado por la Fundación Ilundain Haritz Berri. Los menores mostraban un estado de agitación notable, por lo que los agentes realizaron una mediación que logró calmar la situación sin necesidad de detenciones ni sanciones administrativas.
Horas más tarde, a las 4 de la madrugada, una nueva alerta obligó a los agentes a regresar al COA. En esta ocasión, se trató de una pelea entre cuatro menores, según ha sabido este medio. Uno de ellos sufrió una crisis de ansiedad y fue trasladado en ambulancia al Hospital Universitario de Navarra para recibir atención médica.
Fuentes consultadas por este medio apuntan a que el conflicto tiene su origen en las tensiones entre los menores recién llegados desde Marcilla y los internos que ya residían en Ilundáin. Los primeros intentarían imponer su estatus, lo que ha generado roces y enfrentamientos en el centro de acogida.
Estos menores fueron trasladados al COA de Ilundáin por decisión del Gobierno de María Chivite tras los disturbios en Marcilla, donde se registraron robos, peleas y actos vandálicos durante varias noches. Vídeos en redes sociales y denuncias de vecinos evidenciaron la gravedad de los hechos en esa localidad.
Los incidentes en Ilundáin evocan lo sucedido en Marcilla y reavivan el debate sobre la gestión del Gobierno foral en materia de menores extranjeros no acompañados. La redistribución de estos jóvenes, en lugar de abordar el problema de fondo, vuelve a generar críticas y preocupación.