El pasado sábado se registraron dos violentos incidentes de forma simultánea en el barrio de Santa Catalina, Burgos. Ambos sucesos tuvieron lugar en el bar La Torre, ubicado en la calle Pío Baroja. Uno de los enfrentamientos ocurrió en el interior del local, mientras que el otro se desarrolló en la acera, justo frente a la entrada del establecimiento, causando gran conmoción.
Las imágenes captadas del incidente resultan impactantes. En el exterior, un grupo de hombres de origen magrebí protagonizó un violento choque en plena vía pública, junto a la puerta del bar. Simultáneamente, en el interior, dos mujeres dedicadas a la prostitución se enzarzaron en una pelea a golpes, incrementando la tensión en el lugar.
Uno de los momentos más alarmantes ocurrió cuando alguien abrió la puerta del local y una mujer de complexión robusta empujó con fuerza a otra, haciéndola caer al suelo. La víctima sufrió un fuerte golpe en la cabeza al impactar contra el pavimento. Aunque inicialmente rechazó asistencia médica, finalmente fue trasladada por la Policía Local a un centro hospitalario para su evaluación.
A pesar de la gravedad de los hechos, no se presentaron denuncias ni se practicaron detenciones. Sin embargo, la Policía Nacional identificó a todas las personas involucradas en los altercados. Este episodio se suma a la lista de incidentes ocurridos en este bar, que ya ha sido escenario de sucesos violentos en el pasado.
Entre los antecedentes más destacados del local figura el apuñalamiento de dos jóvenes el 17 de abril. Aquel día, a las 7.40 horas, un vecino alertó al Servicio de Emergencias 112. Hasta el lugar se desplazaron efectivos de la Policía Nacional y Local, junto a una UVI móvil y una ambulancia de soporte vital básico. Dos hombres de 25 y 28 años fueron atendidos y trasladados al hospital Santos Reyes, donde se recuperaron de sus heridas.
Más trágico fue el desenlace de una reyerta ocurrida el 8 de diciembre de 2018 frente al mismo bar. En esa ocasión, un hombre de 30 años perdió la vida tras recibir varias puñaladas durante una pelea. La violencia parece ser una constante en este establecimiento, según los residentes de la zona.
Una vecina expresó su preocupación con las palabras: «Lamentablemente, las peleas y los gritos son algo habitual». Añadió que el bar, al abrir sus puertas a las 6.00 horas, se convierte en refugio de quienes desean prolongar la noche tras el cierre de otros locales nocturnos, lo que contribuye a la conflictividad en el entorno.