Agustín Macho, gaditano de 48 años, conoce el mirador de San Nicolás como «El cielo de Granada». Desde este enclave, donde la Alhambra brilla con una belleza única, este panadero de Alfacar combina su oficio con su pasión por la música. Hace más de 20 años que canta junto a su grupo ‘Amasando rumba’, deleitando a locales y turistas que capturan el paisaje, según ha informado el medio Ideal.

El pasado jueves, mientras actuaba en el mirador, Agustín percibió el malestar de unas madres por la actitud de varios jóvenes. «Estaban fumando porros y bebiendo cerca de los niños, así que me acerqué para pedirles respeto», relata. Sin embargo, no recuerda más. Despertó aturdido tras una salvaje paliza que le dejó múltiples fracturas. Tres jóvenes agresores de origen marroquí han sido detenidos.

Con la mirada perdida hacia su querida Alhambra, Agustín suspira: «Este es mi lugar, lo cuido y quiero al barrio. Igual que aviso de carteristas gritando, no pude callarme ese día». A pesar del dolor, asegura que actuaría igual. La agresión, grabada en móviles, le costó los dientes y una hemorragia en el ojo derecho que lo dejó sin visión.

La paliza ocurrió a las 16.00 horas del jueves, a plena luz del día. «Les recriminé con educación, aquí todos me quieren, nunca peleo ni hablo mal», afirma Agustín, apodado ‘el panadero’. Al darse la vuelta, un botellín de cerveza estalló en su cabeza. «Se liaron a golpes, no recuerdo más. Vi los vídeos y estoy vivo de milagro», confiesa.

Tras el ataque, estuvo una hora inconsciente y su pareja resultó herida al intentar intervenir. «Una conocida recogió mis dientes del suelo. Gasté 6.000 euros hace tres años en mi boca y ahora no puedo comer del dolor», lamenta. Este martes lo operaron de mandíbula y nariz, y le espera otra cirugía en la muñeca por tres fracturas.

Agustín agradece a la Policía Local y Nacional su apoyo: «Estuvieron toda la noche pendientes de mí en el hospital». Ha denunciado la agresión y aspira a recuperarse pronto para volver a amasar pan y tocar la guitarra. También pide justicia: «Llevo 23 años aquí y noto más delincuencia en el barrio últimamente».