Marruecos ha intensificado su estrategia para ganar influencia en Ceuta, destinando más de 50 millones de euros a iniciativas que promueven un referéndum de autodeterminación. Según fuentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), estas acciones se desarrollan mediante asociaciones culturales, redes sociales y programas educativos diseñados para legitimar la narrativa marroquí sobre la ciudad autónoma.
El enfoque empleado por Rabat está inspirado en tácticas de «guerra cultural», similares a las usadas por Rusia en Europa del Este. Sin desplegar tropas ni armamento, Marruecos busca erosionar la soberanía española utilizando recursos financieros y estrategias propagandísticas.
El Comité para la «Liberación de Ceuta y Melilla»
Marruecos ha dado un paso significativo en su reclamación de Ceuta y Melilla con la reactivación del «Comité para la Liberación de Ceuta y Melilla». Este organismo, liderado por Abdelhamid Aakid y conformado por 98 asociaciones, fue revitalizado durante una reunión en Beni Ansar, cerca de Melilla. Aunque el Gobierno marroquí mantiene estas aspiraciones en un segundo plano oficial, sectores de la sociedad civil consideran ambas ciudades como «territorios ocupados», dejando clara la persistencia de estas reivindicaciones en el país vecino.
La formación del comité llega en un contexto de relaciones complejas entre España y Marruecos, marcado por la cooperación reciente tras el reconocimiento español del Sáhara Occidental. Sin embargo, este movimiento puede tensar los vínculos diplomáticos y afectar áreas clave como el comercio y el control migratorio. A pesar de su aparente inactividad en años recientes, la reorganización del comité muestra que estas demandas no han sido olvidadas y podrían intensificarse en los próximos meses.
Los expertos advierten que este nuevo enfoque podría convertirse en una herramienta de presión diplomática. Marruecos parece estar jugando en varios frentes, fortaleciendo su posición en la región a través de estrategias culturales, sociales y políticas. La falta de una respuesta oficial por parte del Gobierno español hasta ahora subraya la necesidad de estar alerta ante las posibles implicaciones de este resurgimiento organizativo.
Una ofensiva cultural cuidadosamente diseñada
Gran parte de los fondos se canalizan a través de ONGs locales y asociaciones religiosas que promueven eventos y programas que destacan una supuesta identidad cultural común entre Ceuta y Marruecos. Además, se financian actividades que recalcan la «reunificación histórica» del enclave con el reino alauí.
Uno de los movimientos más preocupantes detectados por el CNI es la creación de programas educativos en barrios con predominancia musulmana. En estos, se inculca a los jóvenes la idea de que Ceuta fue «arrebatada» a Marruecos y debe ser «recuperada». Este mensaje es reforzado por sermones de imanes financiados desde Rabat, que sutilmente promueven la narrativa marroquí en su discurso religioso.
Redes sociales: una herramienta invisible pero poderosa
El alcance digital de esta operación es significativo. Según expertos en ciberseguridad, Rabat ha desarrollado una red de bots y perfiles en redes sociales que publican mensajes en árabe y español. Mientras que a la población ceutí se le ofrecen argumentos culturales, a los ciudadanos españoles en la península se les transmite la idea de que Ceuta representa una carga económica y política.
Informes confidenciales indican que Marruecos ha destinado al menos 10 millones de euros en publicidad digital, difundiendo mensajes cuidadosamente segmentados mediante algoritmos. «Esto no es una improvisación; es una operación planificada con un alcance más allá de Ceuta», asegura un analista en ciberseguridad.
Estrategia similar a la intervención rusa en Europa
Especialistas comparan estas tácticas con las empleadas por Rusia en Ucrania y los países bálticos, donde la desinformación y el apoyo a movimientos internos desestabilizaron regiones clave. «Marruecos sigue un modelo probado: desestabilizar primero, generar división después y, finalmente, presionar políticamente», explica un experto en conflictos híbridos.
La falta de reacción española agrava el problema
A pesar de las advertencias del CNI, la respuesta del Gobierno español ha sido escasa. Informes detallados han llegado al Ministerio del Interior, pero no se han adoptado medidas significativas. Esta inacción ha sido interpretada por Rabat como una señal de debilidad, permitiendo que avance su estrategia sin contratiempos.
Ceuta: el epicentro de una lucha silenciosa
Con más de 50 millones de euros en juego, Marruecos no solo pretende influir en Ceuta, sino también enviar un mensaje claro sobre su postura territorial. Si España no reacciona, el conflicto podría tener consecuencias irreversibles.
La situación en Ceuta pone de manifiesto la importancia de actuar frente a amenazas no convencionales. En un contexto donde las guerras son cada vez más culturales y digitales, Ceuta se enfrenta a una encrucijada histórica que marcará su futuro como territorio español.