Los habitantes de Cala Estància, en Mallorca, se han encontrado con una imagen inesperada este jueves al amanecer. Una patera, visiblemente utilizada en travesías migratorias, reposaba en la orilla de la playa sin rastro de sus ocupantes. Los residentes, alertados por la presencia de la embarcación, han constatado los restos típicos de estos viajes desde el norte de África hasta el litoral mallorquín.
La zona de Can Pastilla, cercana a Cala Estància, no suele ser un punto habitual de llegada de pateras en Mallorca. Normalmente, estas embarcaciones con inmigrantes irregulares acceden a la isla por el sur, especialmente en aguas de Cabrera. Las fuerzas de seguridad concentran sus intervenciones en esa área y, con frecuencia, los desembarcos se producen en el municipio de ses Salines.
Las condiciones marítimas de las últimas horas no han sido favorables para este tipo de travesías. Sin embargo, durante el pasado fin de semana, el buen tiempo facilitó la llegada de numerosas pateras a Baleares. Formentera se convirtió en un foco destacado de interceptaciones y rescates, reflejando una tendencia que mantiene en alerta a las autoridades de la región.
La presidenta del Govern Balear, Marga Prohens, expresó el lunes su inquietud por la situación, afirmando que el Ejecutivo está «muy preocupado y estremecido» ante las noticias de varios cadáveres, presuntamente de inmigrantes, hallados en aguas baleares. La Guardia Civil lleva a cabo una investigación reservada sobre casos de fallecidos encontrados atados de pies y manos.
Tras un fin de semana de intensa actividad migratoria en las costas de Baleares, los datos de 2025 reflejan la llegada de al menos 2.695 inmigrantes en 130 embarcaciones, según el recuento de EFE basado en información de la Delegación del Gobierno. Este flujo constante de inmigrantes irregulares sigue siendo un desafío para las autoridades.
Además, según el Informe Anual de Seguridad Nacional del Ministerio del Interior, en 2024 arribaron a las islas un total de 5.882 inmigrantes de forma irregular por vía marítima. Estas cifras evidencian la magnitud del fenómeno migratorio en el archipiélago balear y la necesidad de respuestas coordinadas.