El juzgado de Instrucción número 11 de Sevilla, en funciones de guardia, ordenó el pasado sábado la prisión provisional para cuatro detenidos por el homicidio de Adan Chatar, un marroquí de 23 años. Según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), a todos se les atribuye, por ahora, un delito de homicidio, sin perjuicio de lo que se determine en la instrucción.

La investigación del caso está a cargo del juzgado de Instrucción número 15 de Sevilla, que se encontraba de guardia cuando ocurrieron los hechos. El crimen tuvo lugar el 7 de junio, a primera hora de la mañana, en la puerta de una discoteca del polígono Calonge. La víctima falleció tras recibir una puñalada en el pecho que le afectó el corazón.

Como se informó previamente, los presuntos autores del crimen desecharon la navaja usada en el ataque cerca del lugar de los hechos. Además, se llevaron la camiseta ensangrentada de la víctima a Bujalance (Córdoba), su pueblo, donde la quemaron. El marroquí murió en los aparcamientos de un supermercado cercano.

Los cuatro implicados fueron arrestados la mañana del miércoles. Dos son primos de Bujalance y los otros dos proceden de Cañada de las Torres, también en Córdoba. Testimonios apuntan a un altercado inicial dentro de la discoteca, donde el marroquí habría acusado a dos de los detenidos de robarle el móvil. Por otra parte, los cuatro detenidos acusaron al marroquí de haberles robado una botella de alcohol.

Uno de los primos pidió al marroquí que se marchara y los porteros expulsaron al marroquí de la discoteca. A las seis de la mañana, los primos salieron y se dirigieron a un puesto de hamburguesas. Allí, el marroquí los increpó de nuevo, desencadenando una reyerta en la que, según declaraciones, sacó una navaja, presuntamente cerrada, y los persiguió.

En ese momento, los cuatro acusados se unieron y comenzaron a golpear al marroquí. Éste entregó su navaja a uno de ellos, a quien podría conocer de antes, pero después se abalanzó sobre el que la llevaba, recibiendo una puñalada mortal en el pecho que le afectó inmediatamente al corazón.

Tras el ataque, los cordobeses huyeron, llevándose la camiseta ensangrentada de la víctima, que quemaron en Bujalance. La navaja fue arrojada cerca de la discoteca, sin ser hallada aún. Por ahora, no se ha precisado la imputación exacta: el homicidio podría recaer en el autor material, y los demás por encubrimiento.