Este jueves, a última hora de la tarde, una juez dictó prisión provisional para tres de los cinco detenidos el martes en Pamplona, acusados de formar parte de una banda criminal estructurada y jerarquizada. Los otros dos arrestados han sido puestos en libertad, aunque con una orden de alejamiento.
La banda, con base en una bajera de la calle Descalzos, está liderada por dos hermanos de origen magrebí. La operación «Karpi», fruto de la colaboración entre la Policía Foral y la Policía Municipal de Pamplona, se hizo visible el martes con un despliegue de medio centenar de agentes en la capital navarra.
Los cinco detenidos, que comparecieron ante la juez este jueves, acumulan desde 2021 un total de 197 antecedentes por delitos violentos, incluyendo riñas tumultuarias con armas blancas, amenazas, lesiones graves, desobediencia, tráfico de drogas, coacciones, hurtos, robos con fuerza e intimidación y agresiones sexuales.
La operación del martes se centró en barrios como el Casco Antiguo, Echavacoiz, Rochapea y Milagrosa, logrando detener parte del grupo, aunque no a todos sus integrantes. Un sexto miembro, de 24 años y uno de los líderes, está en prisión desde abril por un violento episodio en Aranzadi.
En aquel incidente en Aranzadi, este cabecilla agredió y acuchilló en dos ocasiones a un joven que intentaba abandonar la banda. Fue encarcelado tanto por la brutalidad del ataque como por su falta de arraigo, lo que incrementa el riesgo de fuga.
Los investigadores creen que la banda, que podría contar con nueve miembros, ha generado violencia en siete bares y comercios del Casco Antiguo. Los responsables de estos negocios denunciaron los hechos, y los detenidos tienen prohibido acercarse por orden judicial.
Además, se sospecha que otros inmigrantes han sido víctimas de agresiones y amenazas por parte del grupo. Las fuerzas de seguridad continúan la búsqueda de otros posibles integrantes de esta organización criminal que ha sembrado temor en Pamplona.