La República Democrática del Congo (RDC) ha declarado un estado de alerta máxima tras detectarse una nueva enfermedad de origen desconocido en la provincia de Kwango, situada en el oeste del país. Según el ministro de Salud Pública, Samuel Roger Kamba Mulamba, se han registrado más de 400 casos, de los cuales al menos 79 han resultado mortales. Los síntomas apuntan a un padecimiento respiratorio, aunque las autoridades aún no han confirmado su naturaleza.

En un comunicado reciente, Mulamba actualizó el número de fallecimientos, señalando que 27 personas murieron en instalaciones médicas, entre ellas 10 que no pudieron recibir transfusiones de sangre necesarias. Además, otras 44 muertes han sido reportadas por la comunidad.

El ministro provincial de Salud, Apollinaire Yumba Tiabakwau, afirmó que los fallecidos ascienden a 135, aunque esta cifra no ha sido corroborada por las autoridades nacionales.

Alta incidencia en menores y síntomas alarmantes

La enfermedad presenta síntomas como fiebre, dolor de cabeza, secreción nasal, tos, dificultad respiratoria y anemia. Mulamba destacó en una rueda de prensa en Kinsasa que los niños menores de cinco años representan cerca del 40 % de los casos detectados.

Aunque se espera obtener un diagnóstico más preciso en las próximas horas, las primeras hipótesis apuntan a una enfermedad de tipo respiratorio. No obstante, se desconoce si se trata de una infección bacteriana o vírica. «Estamos discutiendo con especialistas para identificar las posibles causas», indicó el ministro.

Desafíos logísticos en una zona remota

La investigación se enfrenta a dificultades logísticas, ya que la zona afectada, Panzi, es extremadamente remota. El equipo de expertos enviado por el gobierno tardó dos días en llegar, y las muestras recogidas tuvieron que ser enviadas a un laboratorio situado a 500 kilómetros.

Mulamba señaló: «La mortalidad del 7,5 % nos hace pensar que no se trata de covid», y advirtió que la vulnerabilidad de la población, afectada por desnutrición infantil, paludismo y un reciente brote de fiebre tifoidea, podría agravar el impacto de cualquier enfermedad respiratoria.

El ministro también mencionó que Panzi enfrenta actualmente brotes de sarampión y gripe estacional, lo que podría complicar aún más la situación.

Refuerzo de equipos y vigilancia epidemiológica

Los primeros casos fueron detectados el pasado 24 de octubre, aunque las autoridades no fueron notificadas hasta finales de noviembre. Desde entonces, un equipo que incluye tres epidemiólogos está trabajando en la zona para mapear los síntomas y entender mejor el brote.

«No contamos con todas las herramientas necesarias para enfrentar esta situación, como oxígeno o diagnósticos inmediatos», dijo Mulamba, enfatizando la precariedad de los servicios médicos rurales en la RDC.

La Unión Africana ha anunciado el envío de un equipo de expertos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África (CDC de África). John Kaseya, director de la agencia, alertó de la necesidad de fortalecer la vigilancia epidemiológica para evitar retrasos en la detección de futuros brotes.

«Hay muchas incógnitas, incluyendo el modo de transmisión de esta enfermedad. Es fundamental mejorar nuestras capacidades de respuesta», concluyó Kaseya en una conferencia virtual desde Kinsasa.

¿Debería preocupar esta enfermedad a España?

A pesar de que España se encuentra a unos 5.586 kilómetros de la República Democrática del Congo, existen ciertas tensiones debido a la llegada de cayucos a Canarias desde África, en los que suelen viajar cientos de inmigrantes subsaharianos. Esta situación ha activado la alerta entre muchas personas en el país tras conocerse esta reciente noticia.

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