La Policía de Estado ha llevado a cabo 30 detenciones ordenadas por la Dirección Distrettuale Antimafia (DDA) de Cagliari, en una operación iniciada al amanecer en Sassari, Italia. Los arrestados, todos de nacionalidad nigeriana, están acusados de asociación mafiosa y forman parte del clan «Supreme Vikings Confraternity».
La organización criminal, vinculada directamente con Nigeria, operaba principalmente en Sassari, con ramificaciones en Cagliari, Génova, Isernia, Caserta, Verona, Siena y Terni, y conexiones internacionales en Mauritania, Francia, Países Bajos y Alemania. Según las investigaciones, gestionaban el tráfico de drogas, el blanqueo de capitales, la trata de personas y la explotación de la prostitución. Los detalles se revelarán en una rueda de prensa a las 10:30 en la comisaría de Sassari.
La mafia nigeriana se ha consolidado como una seria amenaza en varias ciudades italianas, especialmente en Cerdeña, donde ha establecido una base operativa de gran peligrosidad, como demuestra esta operación en Sassari. Su presencia genera creciente preocupación entre las autoridades locales.
Surgida en los años ochenta, la mafia nigeriana ha operado con impunidad gracias a la protección de sectores dirigentes y parte de las fuerzas del orden en Nigeria. Este respaldo ha facilitado sus actividades ilícitas, incluyendo la incorporación de numerosos exagentes policiales a sus filas.
Los Vikings, en disputa con los Black Axe por el control dentro de la mafia nigeriana, son un grupo criminal transnacional originado en entornos universitarios. Este culto mafioso africano promueve una ideología cruel e intransigente que prohíbe la rendición y exalta la muerte. En Italia, actúan con una violencia comparable a la de organizaciones como Cosa Nostra.