Los enfrentamientos callejeros se han convertido en una constante que preocupa a los vecinos del barrio del El Gancho de Zaragoza. La Policía Nacional debe intervenir semanalmente ante las denuncias por episodios violentos, a menudo protagonizados por grupos de okupas que residen en inmuebles como los ubicados en Cerezo 4 o Zamoray 6. Estas disputas, que se trasladan a la vía pública incluso a plena luz del día, generan un clima de inseguridad en la zona.

Un nuevo altercado tuvo lugar este jueves en las inmediaciones de la calle Cerezo, alrededor de las 18.00 horas, donde un grupo numeroso de personas se agredió utilizando sillas y palos. Según fuentes vecinales, «los gritos resonaban en toda la calle y al menos 20 individuos participaban en la trifulca». La llegada de una patrulla de la Policía Local dispersó a los implicados, aunque se logró detener a uno de ellos en el momento.

La colaboración entre la Policía Local y un indicativo de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional permitió la detención de otros tres varones, uno en el portal de un edificio cercano y dos más que intentaban huir de otro domicilio. Fuentes vecinales indican que todos los arrestados son de origen magrebí. Durante la intervención, los agentes observaron cómo algunos implicados se deshacían de objetos como barras de hierro y madera usados como armas.

Los cuatro detenidos, entre los que se encuentra un menor de edad, fueron acusados de un presunto delito de riña tumultuaria. Aunque no presentaban lesiones visibles y rechazaron asistencia médica, se sospecha que este incidente está relacionado con otra reyerta ocurrida en la madrugada del lunes en el número 6 de la calle Zamoray, donde dos hombres fueron arrestados por lesiones, robo con violencia y daños.

En ese episodio del lunes, los agentes encontraron a un hombre tendido frente a un portal con una herida sangrante en la cabeza, quien fue atendido de inmediato. Este suceso, junto con los recientes enfrentamientos, ha incrementado la inquietud entre los residentes, quienes denuncian la falta de soluciones efectivas para abordar la violencia en el barrio.

Desde la asociación vecinal Viva El Gancho, expresan su temor y frustración: «Tenemos miedo, la agresividad en las calles es algo cotidiano y no se nos ofrece ninguna solución real». Óscar Villanueva, responsable de la agrupación, añade que «es aterrador que haya niños, ancianos o personas paseando a sus perros cuando ocurren estas cosas», refiriéndose a los edificios conflictivos que califican como «narco-edificios».

Los vecinos también critican la inacción del Ayuntamiento de Zaragoza. Según la asociación, «estamos defraudados porque se prometió cerrar el edificio okupado de Cerezo 4 y no vemos avances». Además, reclaman la expropiación de inmuebles problemáticos en calles como Ramón Pignatelli 69 y 48, Zamoray 6, y Miguel de Ara 44 y 46, para poner fin a la inseguridad.

La situación en El Gancho refleja un problema estructural que, según los residentes, requiere medidas urgentes. Las peleas continuas no solo alteran la convivencia, sino que generan un sentimiento de abandono entre quienes habitan este céntrico barrio de la capital aragonesa, que sigue esperando respuestas concretas.