Este miércoles, antes del amanecer, Domingo, un jubilado de 68 años, salió de su casa en Torre Pacheco para su caminata diaria de 4 kilómetros hacia el cementerio municipal. A las 5:30 de la madrugada, un joven lo atacó brutalmente sin motivo aparente. La agresión, cruel y cobarde, casi le cuesta la vida a este pensionista español que ahora denuncia el suceso.
En una entrevista, Domingo expresó su incredulidad ante lo sucedido tras presentar denuncia ante la Guardia Civil. «Le pegaron sin motivo alguno», afirmó con dolor. El ataque indignó a los vecinos de esta localidad murciana, conocida por su actividad agrícola. La creciente inseguridad en Torre Pacheco alimenta tensiones y una fuerte indignación entre los ciudadanos.
Domingo Tomás Martínez, extrabajador de Pascual Hermanos, empresa de cítricos, relató su rutina. «Llevo seis años caminando lo mismo y nunca pasó nada», aseguró. Sus manos y rostro, curtidos por años moviendo palés de limones y pomelos, no esperaban ser blanco de violencia gratuita. La paliza lo dejó conmocionado por la falta de razón detrás del ataque.
El jubilado lamentó la agresión en su relato. «Llevaba mi reloj y llaves, pero no me robaron nada; solo me pegaron para hacerme daño», dijo. Más que las heridas físicas, le duele la violencia sin sentido. «Me han pegado por diversión», afirmó con amargura. La idea de ser víctima de un acto cruel sin justificación lo atormenta profundamente.
Mientras caminaba cerca del cementerio, a 400 metros de su casa, Domingo vio a un chico marroquí con su móvil. A pocos pasos, otro saltaba en una valla gritando en árabe. De pronto, un tercero corrió hacia él con los brazos en alto y le propinó un fuerte golpe. «Creo que los otros lo grabaron», sospecha el pensionista sobre el incidente.
En su denuncia ante la Guardia Civil, Domingo detalló el ataque ocurrido a las 5:50 cerca del cementerio y la estación de autobuses. «Vi a tres individuos, posiblemente marroquíes. Uno estaba con el teléfono, otro no hacía nada y el tercero me pegó en la cara sin razón», explicó. Insiste en que no habló con ellos ni provocó el enfrentamiento.
Domingo no entiende por qué «tres chicos jóvenes» estaban a esa hora en el entorno del cementerio sin hacer nada. «No les dije nada», afirmó. Su esposa Encarnación comparte una teoría que circula en el pueblo: «Dicen que es un reto entre jóvenes para pegar fuerte y grabarlo». Esta idea refuerza la sospecha de violencia gratuita.
La indignación de Domingo creció al ver circular por WhatsApp una foto suya con hematomas, abrasiones y una hemorragia en el ojo derecho, junto a un vídeo falso. En él, un sexagenario parecido a él es golpeado por un supuesto marroquí mientras otro lo filma. «No soy yo», aclaró a la Guardia Civil.
Los agentes buscan grabaciones de cámaras en el Barrio de San José Obrero, el cementerio y la estación de autobuses. Domingo describió al sospechoso: mide 1,75 metros, tiene entre 30 y 35 años, complexión normal y llevaba camiseta oscura de tirantes. De los otros dos no recuerda detalles, pues todo ocurrió en un minuto.
Tras los golpes, Domingo cayó al suelo. Segundos después se levantó, se tocó la frente y vio sangre. «Como las heridas estaban frescas, caminé a casa», relató. Encarnación, su esposa, lo vio llegar ensangrentado. «Le reconocí por sus andares», dijo. La imagen de su marido herido la marcó tras tantos años juntos.
Inmediatamente, lo llevaron al Hospital Los Arcos de San Javier. Allí le realizaron un TAC para descartar daños cerebrales y pruebas en su ojo derecho. «Tengo un coágulo», confirmó Domingo. Las lesiones físicas son serias, pero el impacto emocional de la agresión pesa más en este jubilado que solo buscaba caminar tranquilo.
Este viernes a las 20:00, el Ayuntamiento de Torre Pacheco convoca una concentración solidaria con Domingo. También reclaman más agentes para el cuartel de la Guardia Civil. La inseguridad preocupa a los vecinos. El alcalde, Pedro Ángel Roca (PP), exigió un operativo especial para detener al agresor y reforzar la presencia policial.
Roca detalló medidas municipales ante la falta de agentes. «Ampliamos horarios de la Policía Local para evitar horas sin patrullas y pasamos de tres a cuatro unidades en el casco urbano», explicó. Sin embargo, el déficit de efectivos en un municipio extenso con pedanías favorece a los delincuentes y agrava la percepción de inseguridad.
Su foto con el rostro ensangrentado se viralizó con mensajes como: «Vecino de nuestro Pacheco salió a andar y unos marroquíes aburridos lo dejaron así por diversión. ¿No vamos a parar esto?». La tensión migratoria y la inseguridad alimentan el rechazo y la polarización.
Domingo espera que para el 22 de julio, su 69 cumpleaños, la Guardia Civil atrape a su agresor. Mientras, no se encerrará por miedo. «Cuando se me pasen las magulladuras, volveré a salir a la calle», afirmó. Su determinación es clara: «Lo peor es acobardarse y por suerte, yo no soy un blandengue».