En un viaje a bordo del crucero Costa Pacifica que había zarpado de ibiza, un pederasta de 35 años y origen marroquí abordó de manera inapropiada a un grupo de seis estudiantes menores de nacionalidad española. Inicialmente, las saludó y las colmó de halagos, pero su actitud sospechosa alertó a las menores, quienes decidieron alejarse de inmediato para evitar cualquier contacto.

Sin embargo, el individuo no desistió y las persiguió hasta su camarote en plena noche. Al llegar, las menores se encerraron dentro, pero el agresor comenzó a golpear la puerta e intentó forzar la entrada manipulando el pomo. A pesar de las súplicas de las niñas para que se marchara y sus advertencias de pedir ayuda, el pederasta ignoró sus palabras y permaneció en el lugar.

La situación escaló cuando el sujeto se posicionó frente a la mirilla de la puerta y, en un acto indignante, bajó la cremallera de su pantalón y comenzó a masturbarse. Las menores, aterrorizadas y en medio de una excursión escolar, contactaron de inmediato a uno de sus profesores para informar del incidente y buscar protección.

El docente acudió rápidamente al pasillo donde se encontraba el camarote de sus alumnas y halló al pederasta aún en el lugar, inmóvil. Otros pasajeros, testigos de la escena, relataron que el individuo intentó justificar su comportamiento con excusas. Ante la gravedad de los hechos, se dio la alarma y el personal de a bordo intervino para inmovilizarlo.

El crucero atracó en la mañana del 8 de mayo en el puerto de Isola Bianca, en Olbia. El capitán ya había notificado a la Policía de Fronteras, bajo el mando de Christian Puddu, y detuvieron al agresor en estado de embriaguez. El sospechoso fue trasladado a las oficinas de la estación marítima, donde fue interrogado frente a numerosos viajeros que habían presenciado el suceso.

Las jóvenes y su profesor relataron detalladamente lo ocurrido y formalizaron una denuncia contra el pederasta. La jueza de instrucción del Tribunal de Tempio Pausania, Marcella Pinna, ordenó el ingreso en prisión preventiva. El pederasta ejerció su derecho a guardar silencio y fue trasladado a la cárcel de Nuchis.