Agentes de la Guardia Civil procedieron a la detención de dos pescadores de nacionalidad marroquí el pasado viernes en la zona de Calamocarro, Ceuta, por su presunta vinculación con el traslado ilegal de un inmigrante. Fuentes oficiales consultadas por El Faro de Ceuta han corroborado esta información, destacando la gravedad del caso.

La intervención tuvo lugar a primera hora de la mañana, cuando efectivos del Servicio Marítimo sorprendieron a los implicados tras haber introducido a una persona sin documentación desde Marruecos hasta las costas de Ceuta. Los agentes actuaron de inmediato para impedir que se consumara el acto delictivo en su totalidad.

Ambos detenidos permanecen bajo custodia de la Guardia Civil a la espera de ser presentados ante el juzgado, trámite que, según las previsiones, podría realizarse en el transcurso del día. Hasta entonces, se encuentran en dependencias del Instituto Armado para esclarecer los hechos.

La embarcación utilizada por los pescadores, una patera de las habitualmente empleadas en su actividad profesional, fue confiscada por las autoridades debido a su uso en la comisión de un delito. Este tipo de barcas son frecuentemente vinculadas a actividades ilegales en la zona.

Los arrestados deberán comparecer ante la justicia para responder por un presunto delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros. La acusación se centra en su participación en el traslado irregular de una persona, un hecho que las autoridades consideran probado tras la intervención.

En los últimos tiempos, la Guardia Civil ha intensificado los controles en las bahías de Ceuta, una medida que no resulta casual. En múltiples ocasiones, los agentes han interceptado a pescadores implicados en el traslado de inmigrantes o en el transporte de sustancias estupefacientes como hachís.

Un aspecto crucial en estos casos es lograr vincular a los detenidos con los inmigrantes trasladados, ya que la frontera entre un delito de tráfico de personas y un posible auxilio humanitario puede resultar difusa. Esto genera complejidad en las investigaciones.

En operaciones anteriores reportadas por este medio, algunos detenidos han alegado que socorrían a nadadores en peligro en el mar, lo que les ha permitido quedar en libertad. Sin embargo, en esta ocasión, los agentes determinaron la detención por la evidente relación con el pase irregular.

Además, la Guardia Civil mantiene una vigilancia estricta para frenar los intentos de introducción de drogas mediante la técnica del fondeo, en la que los fardos son dejados en puntos específicos del mar para su posterior recogida por buzos especializados.

A pesar de varias intervenciones exitosas, aún no se ha logrado desmantelar la red organizada detrás de estas actividades de narcotráfico, protagonizadas por embarcaciones pesqueras procedentes de Marruecos que operan cerca de los espigones fronterizos de Ceuta.

Estos controles en ambas bahías buscan evitar el aumento de esta ruta activa de tráfico de estupefacientes. La Guardia Civil refuerza su presencia para garantizar la seguridad y prevenir la consolidación de estas prácticas delictivas en la zona.

Paralelamente, los agentes tienen la misión de vigilar las bahías para impedir la pesca no autorizada, procediendo a «invitar» a las embarcaciones a abandonar el área o, en casos más graves, decomisando el material y las capturas realizadas en aguas españolas.

El Servicio Marítimo de la Guardia Civil incluye entre sus funciones el control de las aguas territoriales, lo que abarca la detección de embarcaciones del país vecino que realicen actividades no permitidas, como la pesca ilegal en zonas restringidas.

Por otro lado, los pescadores ceutíes han denunciado en repetidas ocasiones la presencia de pateras que emplean redes prohibidas, causando un impacto devastador en las especies marinas y provocando la muerte de numerosos ejemplares en la zona.

Ceuta ha vivido veranos marcados por el hallazgo de delfines mutilados, un fenómeno que se asocia a los cortes infligidos por quienes operan estas embarcaciones y golpean a los animales para liberarlos de sus redes, causando un grave daño ecológico.

La Guardia Civil interviene confiscando el material de pesca para impedir que estas prácticas continúen. Este decomiso busca frenar el impacto negativo que generan en el ecosistema marino y proteger la biodiversidad de las aguas ceutíes.

Finalmente, algunos pescadores utilizan palangres, líneas con múltiples anzuelos y cebos que operan a diferentes profundidades, capturando especies tanto en superficie como en el fondo. Este método causa un severo impacto ambiental al arrasar con todo a su paso.