El sarampión ha regresado a España tras casi una década sin brotes significativos. En 2025 se han confirmado 229 casos, un aumento del 61% en solo dos meses, ya que el 17 de marzo se reportaban 142. Este repunte contrasta con los 215 casos de todo 2024. El Ministerio de Sanidad ha instado a intensificar la vacunación y la vigilancia, aunque no aborda directamente la falta de control en las fronteras como factor determinante.

Según datos oficiales, el 78% de los casos importados provienen de Marruecos, país que sufre uno de los peores brotes mundiales con más de 25.000 casos sospechosos y 184 fallecidos, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). España, declarada libre de transmisión endémica en 2016, había mantenido casos testimoniales hasta 2022, pero la tendencia global ha cambiado, con más de 16.500 contagios en Europa en 2024.

A pesar de una cobertura vacunal superior al 95% en la primera dosis y al 90% en la segunda, el Ministerio señala que el problema radica en la gestión deficiente de los flujos migratorios y la ausencia de vigilancia efectiva en puertos y aeropuertos. Más del 68% de los casos están vinculados a la entrada del virus desde el exterior, aunque la nota oficial solo menciona de forma genérica «reforzar la vigilancia en fronteras».

Desde 1981, la vacuna triple vírica y la segunda dosis implantada en los años 90 garantizaron la inmunidad de grupo en España. Sin embargo, la introducción del virus en comunidades vulnerables con baja cobertura vacunal ha roto esta protección. Actualmente, hay siete brotes activos en cuatro comunidades autónomas, algunos relacionados con ámbitos sanitarios o viajes internacionales, confirmando la vía externa de entrada.

Marruecos, con fuertes lazos migratorios con España, es un foco clave de transmisión en 2025. La Operación Paso del Estrecho, que moviliza millones de personas cada verano, representa un riesgo adicional si no se aplican protocolos sanitarios estrictos. Expertos y observadores epidemiológicos llevan tiempo advirtiendo sobre esta situación, que no ha sorprendido a quienes siguen la evolución de la enfermedad en la región.

Sanidad califica el riesgo para la población general como «bajo» debido a la alta cobertura vacunal, aunque reconoce que la segunda dosis no alcanza el 95% en algunas comunidades. Además, personas nacidas entre 1970 y 1980 podrían no estar protegidas por haber recibido solo una dosis o ninguna, lo que se suma a la mayor movilidad y la relajación de medidas preventivas tras la pandemia.

El Ministerio ha emitido recomendaciones a profesionales sanitarios, como revisar el estado vacunal, mejorar la detección precoz y la vigilancia genómica. Sin embargo, estas medidas se consideran insuficientes sin un control efectivo de los vectores de entrada. También se sugiere una campaña específica para viajeros de zonas de alta incidencia y sus comunidades en España, fomentando vacunación y detección temprana.

La reaparición del sarampión en España no se debe a fallos en el sistema sanitario, sino a la falta de filtros sanitarios en la política migratoria. Reforzar los dispositivos de Sanidad Exterior y establecer controles en viajeros de áreas de riesgo es esencial para evitar que enfermedades erradicadas regresen con fuerza al territorio nacional.