En el barrio de Montfavet, en Aviñón (Francia), la indignación se ha extendido tras un incidente ocurrido el sábado 10 de mayo por la noche frente a la iglesia local. Un habitual de un local de cafés que hay cerca expresó su consternación con un suspiro: «Me repugna pensar que hayan sido jóvenes los responsables de esto», lamentó un anciano mientras recordaba los hechos.
El suceso tuvo lugar hacia las 19:30, cuando un menor de unos 15 años se acercó al atrio de la iglesia tras la misa nocturna, manifestando su deseo de convertirse. Poco después, un grupo de unos diez jóvenes, de entre 15 y 20 años, se aproximó pidiendo entrar al templo. Según el padre Laurent Milán, algunos se identificaron como musulmanes y aseguraron que solo querían visitar el lugar.
La situación se tornó tensa al ingresar al recinto. Según relata Isabelle, una feligresa presente junto a su esposo, uno de los jóvenes comenzó a correr por el interior mientras otros rodeaban al sacerdote gritando improperios. «Nos costó un enorme esfuerzo hacerles abandonar el lugar», confesó esta restauradora de obras de arte, visiblemente afectada por lo sucedido.
El padre Milán denunció que, aunque no recibió insultos personales, los jóvenes profirieron frases provocadoras y ofensivas contra la fe católica, como «Que te jodan, Jesús», y escuchó gritos de «Allahu Akbar». Además, algunos repitieron varias veces: «Volveremos para quemar tu iglesia», una amenaza que aún resuena en el sacerdote.
Un total de cinco testigos presenciaron el altercado, y el cura presentó una denuncia esa misma noche en la comisaría de Avignon, según confirmó una fuente policial. Hasta el momento, no se han producido detenciones, pero las cámaras de videovigilancia de la iglesia serán clave para la investigación de las fuerzas del orden.
El sacerdote de Montfavet señaló que este episodio se enmarca en un aumento de las incivilidades en los alrededores del templo. Esa misma semana, el miércoles 7 de mayo, un grupo de jóvenes interrumpió una reunión parroquial golpeando las ventanas y gritando desde el exterior.
Además, el padre Milán lamentó otros incidentes recientes, como el robo de un ordenador y cirios del interior de la iglesia, así como la actitud de algunos que golpean balones contra las paredes del edificio durante las misas. «Es una situación que nos preocupa profundamente», afirmó con pesar.
Una investigación judicial ha sido iniciada por «insultos no públicos por motivos religiosos» y «amenazas de destrucción peligrosa para las personas», según confirmó una fuente judicial el domingo por la tarde. Por su parte, la alcaldía, a través de Claude Nahoum, primer teniente de alcalde, aseguró que seguirá de cerca el desarrollo de la denuncia.
Nahoum, responsable de asuntos educativos, culturales y solidarios, condenó los hechos con firmeza: «No hay justificación alguna para los insultos y amenazas contra los representantes de los cultos o los fieles», declarou en nombre del consistorio, mostrando su apoyo a la comunidad afectada.