Por Redacción

Agentes de la Guardia Civil, bajo la supervisión del Juzgado Central de Instrucción nº 5 y la Fiscalía de la Audiencia Nacional, llevaron a cabo en Valencia la detención el pasado 17 de junio de un individuo acusado de delitos de adoctrinamiento y autocapacitación terrorista.

Agentes de la Guardia Civil trasladando al detenido por propaganda yihadista / Guardia Civil

Este individuo, de origen palestino y residente en España desde 2020, estaba bajo vigilancia por su creciente radicalización. La investigación reveló su conexión con la organización terrorista Hamás, cuya propaganda difundía activamente, según un comunicado oficial emitido por la Guardia Civil.

La investigación comenzó a finales de 2023, tras detectarse que un varón afincado en Valencia desde 2020 estaba inmerso en un proceso de radicalización. Consumía y compartía material propagandístico de organizaciones terroristas yihadistas en diversas plataformas.

A través de redes sociales, el investigado publicaba contenido relacionado con acciones terroristas de las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam, brazo armado de Hamás. Sus publicaciones promovían ideologías extremistas y estaban vinculadas a actividades de esta organización.

El material difundido, obtenido de canales oficiales de Hamás, era apto para captar y radicalizar a terceros, además de incitar a cometer atentados. El detenido administraba varias cuentas en redes sociales para amplificar el alcance de esta propaganda.

En la fase final de la investigación, se constató que el detenido había asumido la violencia como herramienta terrorista para alcanzar sus objetivos. Este indicativo de peligro extremo motivó su inmediata detención por parte de las autoridades.

Tras ser puesto a disposición judicial, la Autoridad dictó su ingreso en prisión provisional por delitos de terrorismo, relacionados con el autoadoctrinamiento y la capacitación para actividades terroristas, según lo acordado en el proceso.

Esta operación refleja el compromiso de la Guardia Civil en la lucha antiterrorista, detectando a individuos radicalizados antes de que actúen como «lobos solitarios» o influyan en otros, reduciendo así los riesgos de acciones violentas en la sociedad.