Un inmigrante ilegal marroquí de 30 años, conocido por su historial delictivo, fue liberado por un juzgado en Chiclana de la Frontera (Cádiz) a las tres de la tarde, y volvió a ser detenido apenas una hora y media después por la Guardia Civil por cometer dos nuevos robos.

Tras su puesta en libertad, el marroquí no tardó en reincidir. A las cuatro y media de la tarde, ya había perpetrado los asaltos, demostrando una rapidez que le ha valido el apodo de «ladrón de récord Guinness». Anteriormente, había sido acogido en el centro de inmigrantes de Campano, del que fue expulsado por mala conducta.

La violencia del inmigrante quedó patente cuando, al ser detenido, atacó con un tenedor a los cuatro agentes que intentaban reducirlo. Uno de ellos resultó herido levemente. Según fuentes de Jucil, los agentes de Chiclana conocen bien a este individuo, cuya peligrosidad es notoria: «Ataca sobre todo a personas mayores y a chavales, pero un día se va a topar con alguien que le va a hacer frente y se va a liar gorda. Lo estamos avisando».

Este marroquí, que llegó a España de manera ilegal, había sido internado en Campano junto a otros compañeros. Sin embargo, su carácter conflictivo llevó a su expulsión. Le proporcionaron un billete de autobús y algo de dinero, pero decidió quedarse en Chiclana, viviendo en la calle y dedicándose a robar. Sus delitos van desde el robo en coches hasta entrar en casas para llevarse la ropa tendida.

La abogada que representa a los guardias heridos ha solicitado prisión para el inmigrante, cuya forma de vida se ha convertido en el robo. A pesar de haber sido detenido en seis ocasiones anteriores, sigue en libertad, representando un peligro constante para la ciudadanía de Chiclana.