Una trágica situación se ha registrado en el Mediterráneo Central, donde dos niños de 3 y 4 años perdieron la vida por deshidratación en una embarcación que transportaba a 62 inmigrantes. La nave, que quedó a la deriva tras una avería en su motor, fue hallada este pasado domingo, según informó Unicef este lunes.
Los equipos de rescate, al llegar al lugar, constataron que los menores llevaban casi un día fallecidos, mientras que los supervivientes relataron que otra persona había perecido ahogada durante la travesía. La embarcación permaneció varios días sin poder avanzar, agravando las condiciones de los ocupantes.
Unicef ha denunciado además que algunos migrantes sufrieron «severas quemaduras químicas por la mezcla de agua salada y combustible derramado», heridas que precisan atención médica inmediata. Los supervivientes fueron trasladados por la Guardia Costera Italiana a un centro de acogida en Lampedusa, al sur de Italia.
La agencia de la ONU ha calificado este suceso como «un devastador recordatorio de los peligros que enfrentan quienes buscan seguridad en Europa». Asimismo, ha subrayado la «urgente necesidad» de implementar operaciones de búsqueda y rescate coordinadas, instando a los Gobiernos a cumplir con el derecho internacional.
En este contexto, Unicef ha reclamado mayor inversión en programas de apoyo a menores y familias para enfrentar estas duras travesías. «El Mediterráneo Central sigue siendo una de las rutas migratorias más letales del mundo. Sin medidas inmediatas, más vidas se perderán», advirtieron desde la organización.
Por último, se ha informado que, en lo que va de año, más de 18.800 migrantes han llegado a Italia por esta ruta, un número algo superior al registrado en el mismo periodo de 2024, cuando arribaron unas 18.200 personas a territorio italiano.