Por Redacción

Un inmigrante ilegal marroquí ha sido condenado por la Audiencia Provincial de Tarragona por dos delitos de lesiones con instrumento peligroso y un delito de agresión sexual. La sentencia de conformidad se dictó tras un acuerdo entre el fiscal y la defensa antes del juicio. Inicialmente, enfrentaba cargos por dos tentativas de homicidio y agresión sexual.

La pena impuesta asciende a cuatro años de prisión por las lesiones, medio año por la agresión sexual y una multa de 360 euros por un delito leve de amenazas. Además, se le ha impuesto una orden de alejamiento que le prohíbe acercarse a menos de 500 metros de las víctimas o comunicarse con ellas durante tres años, junto con dos años de libertad vigilada.

En concepto de responsabilidad civil, el condenado deberá indemnizar a una de las víctimas, una mujer, con 420 euros por las lesiones sufridas, 5.421 euros por las secuelas físicas y 2.000 euros por daños morales. Asimismo, a la otra víctima, un hombre, le abonará 510 euros por las lesiones causadas durante los hechos ocurridos en Tarragona.

Los hechos se remontan al 30 de enero del año pasado, alrededor de las 20.30 horas, en la calle Higini Anglés de Tarragona. El acusado se acercó a una mujer que estaba sentada en un muro junto a una cafetería. Aunque solo se conocían por ser vecinos de la zona, sin mediar palabra, le palpó los glúteos, a lo que ella respondió apartándolo con un empujón.

Inmediatamente después, el agresor agarró a la mujer por el cuello y, con un cuchillo de cocina de 33 cm de largo, le infligió dos cortes en la nuca, causando heridas de 15 y 4 cm. Las lesiones tardaron 11 días en curar, con tres días de incapacidad para sus actividades habituales. El acto fue un claro ejemplo de violencia gratuita en un espacio público de Tarragona.

Posteriormente, el acusado se dirigió al parque de San Rafael, donde atacó a un hombre sentado en un banco. Usando el mango del cuchillo, le propinó un golpe en la cabeza, causándole una herida de siete centímetros en el cuero cabelludo. La víctima tardó diez días en recuperarse, con siete días de impedimento para sus ocupaciones habituales.

Finalmente, el condenado se trasladó a la estación de autobuses cercana, donde abordó a una tercera víctima. Exhibió el cuchillo en tono amenazante, pero en ese momento una patrulla de los Mossos d’Esquadra intervino, deteniendo la escalada de violencia. Este último incidente cerró una cadena de agresiones ocurridas en Tarragona en una sola jornada.