Un turista fue asaltado este domingo por la tarde en la calle Manso del centro de Barcelona por tres individuos con el objetivo de sustraerle un reloj Rolex valorado en unos 30.000 euros. Los agresores lograron arrancárselo de la muñeca con un fuerte tirón y emprendieron la huida de inmediato.

Sin embargo, la víctima no se resignó ante el robo y decidió perseguir a los ladrones. En el cruce de la Gran Vía con la calle Vilamarí, consiguió alcanzar al asaltante que portaba el reloj. Los Mossos d'Esquadra procedieron a su detención como presunto responsable de un robo con violencia, mientras los otros dos cómplices de origen extranjero lograron escapar.

El detenido es un joven de nacionalidad argelina con antecedentes por delitos similares y fue trasladado a comisaría para su procesamiento. El reloj fue recuperado y devuelto a su dueño, quien sufrió heridas leves en la muñeca debido al forcejeo y ya ha formalizado la denuncia correspondiente ante las autoridades.

La investigación de este caso ha sido asignada al Grupo Titani, una unidad especializada de los Mossos d'Esquadra dedicada a combatir este tipo de robos. Su objetivo ahora es identificar y localizar a los dos cómplices que lograron darse a la fuga tras el incidente en el centro de la ciudad.

Este caso se suma a una creciente tendencia de víctimas que deciden enfrentarse directamente a los delincuentes. Según ha informado Invadidos.com, en las últimas semanas se han registrado al menos tres episodios similares. A mediados de abril, un grupo de personas retuvo a un ladrón marroquí tras el robo de un reloj en la calle Casp.

Otro incidente reciente, que se viralizó en redes, mostró a un fotógrafo asiático utilizando técnicas de artes marciales para inmovilizar a un ladrón marroquí que intentó robarle su cámara mientras realizaba un reportaje a una pareja de novios. Este hecho ocurrió la semana pasada en Barcelona.

Finalmente, esta misma semana, un grupo de ciudadanos logró retener con firmeza a un ladrón magrebí implicado en el robo de otro Rolex de 30.000 euros a un turista en la plaza de la Catedral, en pleno centro de la capital catalana, evidenciando la creciente frustración ante estos delitos.