La Policía Nacional ha arrestado en Elche a los progenitores africanos de una niña de tres años por haberla sometido a una mutilación genital femenina. El caso salió a la luz tras una revisión médica de rutina realizada en un centro sanitario de la localidad, donde los profesionales detectaron evidencias de una operación en la zona genital que ha dejado lesiones permanentes en la menor.
Durante el examen médico, llevado a cabo en el marco de los protocolos habituales, se observaron marcas cicatrizadas en la niña que apuntan a una ablación, una práctica aún vigente en ciertos países africanos. La menor, residente legal en España junto a sus padres desde mayo de 2024, no había levantado sospechas previas en su entorno educativo ni sanitario.
El asunto fue trasladado a la Policía Nacional a través del juzgado de instrucción y la Fiscalía de Menores tras el informe médico. En las entrevistas realizadas a los padres, el progenitor admitió que la intervención se realizó por una «creencia cultural», aunque no proporcionó detalles sobre el lugar o el momento exacto de la práctica.
Según fuentes policiales, todo indica que la ablación se llevó a cabo fuera del territorio español. Tras las investigaciones, los agentes localizaron a los responsables en Elche, donde procedieron a su detención por un presunto delito de lesiones graves. Se trata de un hombre de 38 años y una mujer de 26 años, quienes han sido puestos a disposición del juzgado de instrucción de guardia de la ciudad.
La Policía Nacional ha aprovechado este caso para recordar que «toda acción que atente contra la integridad física o moral de los menores representa una violación grave de la legislación española, sin importar el trasfondo cultural o personal de quienes la cometan».
Asimismo, han subrayado que el respeto a las costumbres culturales o religiosas «ha de estar siempre subordinado al cumplimiento de los Derechos Humanos, establecidos en la Declaración Universal de 1948». Además, recalcan que los Estados «tienen el deber de velar por el bienestar, la seguridad y la dignidad de todos los menores sin excepción».